El Funcionario del Estado hizo llamar al señor equis y le preguntó:
-¿Cuál es tu animal favorito?
Respondió, temeroso, el señor equis:
-El perro.
Le informó el Funcionario:
-Deberás pagar un Impuesto por cada perro que haya en la ciudad.
A consecuencia de ese gravamen el señor equis quedó en la ruina.
Pasó el tiempo, y un día el Funcionario del Estado hizo llamar otra vez al señor equis. Le preguntó de nuevo:
-¿Cuál es tu animal favorito?
Respondió el señor equis:
-El ornitorrinco.
¡Hasta mañana!...