Este pájaro carpintero tiene la puntualidad de un tren inglés: Todos los días a las 7 de la mañana suena el sonoro son de su pico telegráfico.
Yo miro al pájaro artesano. Es de plumaje gris y blanco, y tiene en lo alto de la cabeza un copetito rojo que se parece al gorro frigio de un revolucionario francés. Seguro escalador, se posa en el tronco del añoso nogal y busca ahí su pan de cada día, hecho de insectos.
He aquí lo que pienso mientras veo a este pájaro percusionista y escucho su rítmico tambor: Ahora él se come a los insectos; mañana los insectos se lo comerán a él.
Eso pienso.
Y pienso que la vida es un cuento de nunca acabar.
Un hermoso, apasionado, alegre y trágico cuento de nunca acabar.
¡Hasta mañana!...