En la revista "Living truth", de la Universidad Católica de Washington, el controvertido teólogo Malbéne publicó un artículo que inquietó a ciertos círculos eclesiales norteamericanos. Dice en él:
"... Todo comerciante maneja un determinado objeto de comercio: El leñador vende leña; el panadero, pan... Nuestra mercancía (la de los ministros religiosos) ha sido el miedo. Lo ponemos en el alma de nuestros feligreses, y luego les cobramos por librarlos de él. De ese miedo vivimos largo tiempo, pues vendíamos la esperanza de la salvación. Ningún hombre de religión puede ser ya un mercader del miedo. Todos debemos ser apóstoles del amor...".
Solamente he transcrito un párrafo del largo texto de Malbéne, pero creo que en él se sintetiza la principal idea de este filósofo que dijo alguna vez: "El amor es la única religión que ofrece la certidumbre de la vida eterna".