El Señor hizo a los canguros.
Los hizo, como a todas las criaturas, macho y hembra.
A la hembra le puso una bolsa para que ahí pusiera a sus crías y las llevara en los primeros tiempos de su vida.
Todo iba muy bien. Pero llegaron los días otoñales, con sus fríos que anuncian los del invierno, con su niebla y sus lloviznas.
Entonces los canguros hembras fueron con el Creador y le dijeron:
-Señor: o quitas el otoño y el invierno o nos quitas esta bolsa.
El Señor, desconcertado, les preguntó:
-¿Por qué?
Le contestaron ellas con enojo:
-¿Sabes lo que es que en los días malos los niños se queden a jugar en la casa?
¡Hasta mañana!...