Este amigo mío, que es calvo de solemnidad, tiene uno de 5 años. Ayer el pequeño le preguntó:
-Abuelo: ¿sigues creciendo todavía?
Mi amigo se desconcertó. Le dijo:
-Creo que no. A mi edad ya no crece uno. ¿Por qué me preguntas si sigo creciendo?
Razonó el niñito:
-Es que la cabeza te ha ido saliendo por entre el pelo.
Yo digo que ni un poeta surrealista sería capaz de ver así las cosas. Los niños tienen razones que la razón no conoce. Su modo de razonar no pertenece al mundo de la razón: pertenece al mundo de la magia.
¡Quién pudiera vivir en ese mundo!
¡Hasta mañana!...