Oí un relato -seguramente apócrifo- según el cual la Madre Teresa de Calcuta llegó al Cielo, y fue recibida ahí en persona por la Virgen. Le dijo la Señora a la recién llegada:
-Has de venir con hambre, Teresita. Prepararé algo para ti.
Abrió María una lata de atún; puso su contenido entre dos rebanadas de pan duro y le dio a la Madre Teresa aquel exiguo alimento. Lo consumió la humilde santa, pero echó un vistazo hacia abajo, al infierno, y vio que allá los condenados estaban comiendo perdices, faisanes, lechón en salsa de ciruelas, pato a la naranja, pan de pulque de Saltillo y otros ricos manjares suculentos.
-Señora -le preguntó a la Virgen-, ¿por qué los que están en el infierno disfrutan esas viandas sabrosísimas, y aquí recibo yo solamente un sándwich de atún?
Le respondió María con tristeza:
-La verdad, hija, para los tres que estamos aquí no vale la pena cocinar.
Por eso decía una antigua copla referida a los mandamientos: "Si no suprime el noveno, / y el sexto no lo rebaja, / ya podrá Diosito bueno / llenar su Cielo con paja".
¡Hasta mañana!...