Adán le dijo al Padre:
-Adopta una actitud majestuosa.
-¿Así? -preguntó Él.
-Perfecto -aceptó Adán-. Ahora, Señor, tiende un brazo hacia mí.
-¿En esta forma? -inquirió el Padre.
-Exactamente -dijo el hombre-. Ahora me reclinaré a tu lado y alargaré la mano hacia ti para significar que soy tu obra.
-Me parece una muy buena idea -manifestó el Augusto-. Creo que en esta pose nos veremos estupendamente.
-Y ahora, Señor -le indicó Adán-, sume la panza. Ahí viene ya Miguel Ángel.
¡Hasta mañana!...