El Funcionario del Estado hizo llamar al señor equis y le preguntó:
-¿Eres pobre?
El señor equis se atrevió a responder:
-No.
El gesto del Funcionario del Estado se ensombreció.
Volvió a preguntar:
-¿Por qué no eres pobre?
Tembloroso contestó el señor equis:
-Tengo casa, vestido y sustento. No necesito más.
El Funcionario del Estado ordenó que el señor equis fuese puesto en Arresto Domiciliario. En seguida acudió
ante El Más Alto Funcionario del Estado y le dijo:
-Estoy muy preocupado, Jefe. Todavía queda uno que no es pobre.