Supe de un chimpancé que estaba en el zoológico.
Otro chimpancé lo acompañaba, hermano menor suyo.
Un guardia cuidaba de los dos, y a su vez el chimpancé mayor cuidaba del pequeño.
Cierto día un visitante del zoológico se sorprendió hasta el punto de la estupefacción. He aquí que el chimpancé grande estaba leyendo dos libros: La Biblia y El Origen de las Especies, de Darwin.
Le preguntó, asombrado:
-¿Por qué lees esas obras?
Respondió el chimpancé:
-Es que estoy confundido. Ya no sé si soy el guardián de mi hermano o el hermano de mi guardián.
¡Hasta mañana!