El señor equis se atrevió a dirigirse al Más Alto Funcionario del Estado. Le dijo:
-Tengo 10 preguntas.
El Más Alto Funcionario del Estado lo envió ante El Alto Funcionario del Estado, y el señor equis repitió:
-Tengo 10 preguntas.
El Alto Funcionario le ordenó que fuera con El Funcionario del Estado. El señor equis le dijo:
-Tengo 10 preguntas.
El Funcionario del Estado consultó el caso con el Alto Funcionario del Estado, y éste lo consultó con El Más Alto Alto Funcionario. El Más Alto Funcionario del Estado instruyó al Alto Funcionario del Estado, y éste le dijo al Funcionario del Estado lo que le debía contestar al señor equis. Le contestó:
-Si tú tienes 10 preguntas para Nosotros, Nosotros tenemos 10 silencios para ti.
¡Hasta mañana!...