El Señor hizo a Adán.
Lo hizo para practicar y no cometer errores luego.
Cuando estuvo seguro de su destreza hizo a Eva, su verdadera obra maestra.
Unos días después Adán le preguntó:
-Señor ¿quién mandará? ¿Eva o yo?
El Señor, que todo lo sabe, respondió:
-En el cielo mandaré Yo. En la tierra, tú.
El hombre quedó muy complacido con la respuesta. Pero en seguida el Señor aclaró:
-Lo que te acabo de decir es teoría. En la práctica la mujer mandará en el cielo y en la tierra. Y, aquí entre nos, eso será lo mejor.
¡Hasta mañana!