Sucedió que un día enloqueció la brújula
También se volvió loca la rosa de los vientos: Fue más viento y menos rosa.
El polo magnético perdió su magnetismo.
El norte andaba muy norteado, y el oriente se desorientó.
Ya no hubo entonces mapa que valiera, ni GPS que funcionara. Lo mismo sucedió en la naturaleza: Los patos migratorios estaban despatarrados, y a las palomas mensajeras se les acumularon los mensajes. Los rumbos cardinales se derrumbaron, y se estrelló la estrella polar.
-¡Estamos perdidos! -se dijeron los hombres unos a otros.
Lo que he contado sucedió hace mucho tiempo, tanto que lo hemos olvidado. Pensamos que todas las cosas están en su lugar, y que funcionan bien la brújula, el polo magnético, la rosa de los vientos, y todo lo demás.
Pero no es así.
La verdad es que estamos perdidos.
¡Hasta mañana!...