Hussein Chalayan
Tanto la moda como la arquitectura son campos creativos cuya intersección es cada vez más difusa. Los ejecutantes de estas artes están siempre en busca de inspiración, y en numerosas ocasiones ambas disciplinas terminan alimentándose mutuamente.
La moda es arquitectura, se trata de proporciones. Coco Chanel
Ambas comparten la función de envolver cuerpos; ambas tratan la relación del hombre con su entorno espacial y sus necesidades; ambas trabajan con estructuras, bocetos, perspectiva, manejo de los volúmenes, medidas, materiales, presupuestos y tiempos. La moda y la arquitectura son lenguajes que se manifiestan en las calles, dan identidad a las épocas, a los lugares, y buscan expresar ideas y sentimientos.
Las diferencias pueden estar únicamente en la escala y durabilidad de las creaciones: “la moda es como el viento” dice Issey Miyake, mientras que la arquitectura pretende permanecer.
FUENTES RECÍPROCAS DE INSPIRACIÓN
Por lo general, los artistas son buenos observadores, intérpretes cuidadosos de la realidad, con gran capacidad para entender tendencias, estilos, psicología y emociones humanas; por lo tanto, lo que ocurre en otras áreas artísticas siempre afecta la producción de ideas. Las disciplinas artísticas casi siempre están interconectadas por los artistas de la época, de manera que terminan complementándose como forma de inspiración y entendimiento de la sociedad.
Existe especial cercanía entre estas dos disciplinas debido a que se trabaja con tres dimensiones. Los avances de la tecnología han permitido que los arquitectos tengan las herramientas para crear edificios más «fluidos». Por su parte, los diseñadores han adquirido la habilidad de hacer prendas arquitectónicas a través de volumen y estructura. Ambas disciplinas han podido construir y deconstruir en función de una nueva forma que las hace aproximarse.
Aunque en algunas ocasiones la moda ha sido fuente de inspiración para la arquitectura ayudando a que sus estructuras sean más fluidas, lo más común es que ocurra lo contrario. Aquí presentamos dos casos de grandes diseñadores que tiene una importante influencia arquitectónica.
L’ENFANT TERRIBLE: PACO RABANNE
Francisco Rabaneda es un arquitecto convertido en diseñador. Aprendió de su madre, costurera de Balenciaga, la manera de construir una prenda de vestir. Estudió arquitectura en París, y así, más tarde, pudo hacer una síntesis entre ambas disciplinas. En 1966, presentó su primera colección: un provocador manifiesto titulado “12 inutilizables vestidos en materiales contemporáneos”, experimentando con materiales nunca antes utilizados en el mundo de la moda como metales, fibra de vidrio, aluminio, papel, látex, lentejuelas, placas de rhödoid (acetato), etcétera.
Fue bautizado como «El metalúrgico» por Coco Chanel y sus creaciones se convirtieron en una verdadera expresión artística de la época. Debido a sus estudios arquitectónicos, logró crear una estética poderosa, conformada por arterias estructuradas, líneas limpias y ligeras. Desde sus inicios fue un gran visionario y ha aportado mucho a la industria. Adoptó la filosofía de su madre: “Al hacer moda tienes todas las libertades menos una, nunca arruinar la belleza de la mujer”.
Julien Dossena es el nuevo director creativo de la marca, y en la presentación de la colección primavera-verano 2014, en septiembre de 2013, demostró que el estilo liberal y la influencia arquitectónica de Paco Rabanne siguen enteramente vivos. “Un buen diseñador no es tanto el que inventa, sino el que descubre, anticipa las evoluciones. Por eso es importante interrogarse constantemente sobre los fenómenos que nos rodean”, dice Paco.
ISSEY MIYAKE
Aunque estudió artes gráficas, se puede observar claramente la influencia de la arquitectura en las creaciones de este diseñador japonés. “Nunca me he considerado a mí mismo un diseñador de moda”, menciona tras cuarenta años de carrera y siendo el diseñador más importante de su país.
Después de haber recorrido el globo estudiando y trabajando para importantes casas de moda como Guy Laroche y Givenchy, Issey Miyake regresó a Tokio en 1970 para abrir su propio estudio. El Miyake Design Studio era un interesante laboratorio construido por el gran arquitecto Shiro Kuramata, representando una especie de Bauhaus japonés y cuya estructura móvil podía adaptarse a las necesidades de los diseñadores (sí, se movían las paredes).
Ahí experimentaba junto con su equipo todo tipo de materiales y métodos de confección. De él surgieron técnicas de hilado para crear tejidos extremadamente livianos y los famosos jersey de poliéster con una caída que envuelve al cuerpo como una segunda piel (los diseños eran tan ligeros que algunas modelos llegaron a confesar que al utilizar una de sus prendas la sensación era como la de no traer nada puesto. La icónica camisa de cuello de tortuga de Steve Jobs es creación de Miyake). La línea más reciente de la marca, consiste en un proceso en el que la prenda termina siendo una especie de «origami».
El trabajo de Miyake ha inspirado a varios arquitectos, entre ellos Frank Gehry, quien estuvo a cargo de la tienda Tribeca Miyake, en Nueva York. “Ser un diseñador de moda representa un destino muy corto, yo quiero durar por más tiempo” decía Miyake. Para resolver su problema de la trascendencia, Miyake decidió contratar al gran arquitecto Tadao Ando en Tokio para crear el “21_21 Design Sight”, un museo dedicado exclusivamente al diseño.
Gianni Versace y Gianfranco Ferré fueron otros dos grandes diseñadores que estudiaron arquitectura antes de entrar al mundo de la moda. Sin embargo, los primeros en hacer notar su influencia arquitectónica en una pasarela fueron Yohji Yamamoto y Rei Kawakubo de la marca japonesa de moda Comme des Garçons, durante la presentación de sus colecciones en el Fashion Week de París en 1981.
Yamamoto buscaba esconder el cuerpo femenino con prendas asimétricas oversized. Estas colecciones fueron duramente criticadas, pero el tiempo les dio la razón y después de un año esta nueva visión fue tomada por la industria que estuvo dispuesta a aprender este nuevo lenguaje.
En nuestro país podemos apreciar el reciente trabajo de Cihuah, la firma de Vanessa Guckel, ganadora del último concurso Who’s on Next México de Vogue. En su colección otoño-invierno titulada “#3”, presenta lo que parecería un homenaje a Gaudí por la deconstrucción de la recta.
ZAPATOS, JOYAS, VESTIDOS, EDIFICIOS
Algunos arquitectos han descubierto que sus habilidades también pueden ser útiles para construir vestidos, zapatos, algunos tipos de joyas y bolsos, objetos que representan un campo atractivo para crear. A fin de cuentas siguen siendo estructuras y formas geométricas.
En alguna ocasión Frank Gehry, arquitecto ganador del Premio Pritzker, se sentó al lado de Miuccia Prada en una cena y notó que sus zapatos eran muy arquitectónicos. “Los arquitectos y los diseñadores de zapatos nos parecemos en que ambos trabajamos con estructura y forma”. La firma de zapatos JM Weston invitó a Gehry a codiseñar algunos pares de zapatos y éste aceptó el reto junto a su hijo. Michael Perry, director creativo de la JM Weston, dijo que después de esta experiencia queda claro que los aspectos de la arquitectura son perfectamente transportables al diseño de zapatos.
“Los puristas encuentran aberrante la idea de que yo diseñe un par de zapatos, pero no entiendo por qué. Parece que vamos en camino de regreso hacia el modelo del Renacimiento, en el que los artistas podían trabajar en cualquier disciplina” menciona Gehry.
Correo-e: mariferts15@gmail.com