Desde que tengo memoria, no hay una imagen más pavorosa o que me cause mayor horror que el hongo ocasionado por la explosión de un artefacto atómico. Por lo general lo que más nos asusta también ejerce sobre nosotros una extraña obsesión y desde muy temprana edad descubrí el proyecto Manhattan, el terror vivido en Chernobyl y las historias, mitos y leyendas alrededor de estos hechos.
En casi todas las producciones hollywodenses en donde se manosea el uso de la capacidad nuclear de los Estados Unidos se habla de "escenarios" y es precisamente sobre el llamado padre de esta política que les platico; un reconocido futurista y científico que fue, tanto estratega militar, hombre de ciencia y ética, así como inspiración para una de las obras más queridas de Stanley Kubrick: Dr. Strangelove, o como le decimos acá en este lado: Doctor Insólito.
Herman Kahn, nacido en Nueva Jersey, hijo de judíos inmigrantes de Europa del este fue criado bajo esa religión para, posteriormente convertirse en ateo, creador de un tratado de guerra producto de la aplicación de la teoría de juegos en referencia directa al escrito por Carl von Clausewitz alrededor de 1835 titulado "On war" o "En Guerra" (Vom Kriege) el escrito por Kahn se llamó "On Thermonuclear War"…
EN GUERRA TERMONUCLEAR.
Kahn, en 1960 propone la creación de un aparato del día del juicio final, conocido históricamente como "Doomsday Device" que en pocas palabras sería una red interconectada a una serie de bombas de hidrógeno que asegurara el fin de la vida en el planeta, esto con el fin de asegurar la no utilización de capacidad nuclear por parte de ninguna fuerza bélica en la tierra, ya que hacerlo significaría el suicidio.
La máquina nunca se construyó y el mundo no vería aún la capacidad infinita de exterminio de nuestra propia raza.
Hoy el mundo vive el inicio de una era mucho más tenebrosa, Rusia vuelve a mostrar los dientes, la alianza mexicana con los Estados Unidos es forzosa por la vecindad y la amalgama cultural, los conflictos "locales" se empiezan a gestar en oriente, así comenzaron las dos grandes guerras mundiales me decía mi tocayo Jorge Reyes Casas hace algunos días.