(INTERNET)
Las redes sociales digitales o más bien, las aplicaciones mediante las cuales nos conectamos y compartimos información a través de nuestras redes no sólo cambian cada día, sino que cada vez surgen más opciones para instalar en nuestros smartphones.
Aunque los criterios para clasificarlas varían podría decirse que existen tres tipos de redes: Las genéricas, las profesionales y las temáticas. Facebook y Twitter son redes sociales genéricas, cuyo objetivo es simplemente interconectar, las profesionales encuentran en LinkedIn un ejemplo claro y las temáticas son las que tienen por objetivo un tema como la fotografía (Instagram) o el video (Vine), entre otras.
El desarrollo y la penetración de estas aplicaciones en el mercado impacta en la forma de comunicarnos, de expresar un idea y sobre todo aporta (o resta) a nuestro vocabulario emocional.
En particular deseo hablar sobre SnapChat y Vine. La primera ha hecho esfuerzos, desde sus humildes y poco decorosos inicios (comenzó como una red segura para compartir fotos de índole sexual entre adolescentes: Sexting) para aumentar la interacción. A través de SnapChat puedes enviar contenido estableciendo una duración determinada y, tecnicismos más o menos, la app permite que el emisor establezca un estado con sus contactos telefónicos que en este caso son su red. Esta app tiene un éxito, principalmente entre jóvenes pertenecientes a la generación del milenio o millenials, quienes, por su naturaleza, emiten el mensaje sin esperar respuesta, es decir, el objetivo sigue siendo "véanme", pero a diferencia de Facebook no lleva la siguiente parte del enunciado: "…Y valídenme".
En Vine vemos manifestaciones un tanto mas elaboradas, editadas y con un objetivo específico. A través de esta red podemos ver como la comunicación se está sintetizando convirtiéndose en una combinación de texto e imagen en movimiento con sonido, o sea, el interés de la red es aportar más sentidos y una comunicación mas integral "old fashion".
Es por eso que Facebook por primera vez toma una decisión que ha pasado casi inadvertida en su génesis para muchos, hace una semana el contenido en video se reproduce de manera automática sin audio a menos que el usuario decida escuchar.
Facebook ha apostado por parecerse más a Vine, tratando de conectar con jóvenes que integran la parte más reciente de la generación del milenio, es decir, el deseo del humano hasta el momento sigue siendo el comunicarse integralmente, no olvidemos que un alto porcentaje del proceso de comunicación se integra por el lenguaje no verbal.
¿Podremos aplicarlo al mundo digital?