Podrá usted estar de acuerdo conmigo o no, pero lo cierto es que en nuestro país las noticias siguen vivas una semana y media, somos un pueblo sin memoria.
Esto debe ocurrir por varias razones, entre las que pienso deben estar lo efímero de la noticia hoy en día, el desconocimiento de las redes sociales por parte de los medios de comunicación y el poco espacio para el análisis y la reflexión.
En casi todos los temas abundan las opiniones, con pasión, con postura, enteradas o con poca información, pero algo es cierto: Todos los receptores de las noticias nos hemos convertido en un canal, en emisores.
Por supuesto que esto no nos convierte en reporteros o periodistas, no comprobamos nuestras fuentes y es muy común que se caiga en el terrible error del prejuicio, sin embargo, también es cada vez más difícil que la manipulación de las masas ocurra a través de los medios tradicionales (cualquiera de ellos que se haya prestado a este macabro juego), un individuo que es escuchado y que puede hacerse escuchar mantendrá su condición indivisible impidiendo que forme parte de la masa.
Es por eso que ahora vemos (y descubrimos) voces y expresiones de personas que antes no eran vistas, no eran tomadas en cuenta, nos acercamos al activismo político digital que dará muy pronto a la sociedad personajes en redes que trascenderán a su actividad digital para participar activamente en el juego político-electoral.
Puede usted estar de acuerdo conmigo o no en abrir una cuenta en Twitter y enterarse de lo que el círculo rojo, integrado por medios y políticos, piensa, palpa y escribe.
Lo cierto es que el mundo está cambiando a una velocidad a la que nunca antes lo había hecho, hace apenas 8 años este mundo era uno completamente diferente al que vivimos ahora y permítame decirle una cosa: La velocidad no va a disminuir.
Los cambios que vienen se adelantan incluso a la preparación que nuestros técnicos y profesionistas están recibiendo en las universidades y escuelas, cada nuevo profesionista debe adaptarse casi de inmediato a las nuevas tendencias y aprender no sólo el manejo, sino el sentido real de cada red en la que tiene presencia.
Por ejemplo: ¿Qué podemos esperar de escuelas que venden como atractivo la inclusión de iPads en primaria y de cátedras universitarias donde aún se prohibe el uso de los móviles y de las redes sociales? parece estúpido, pero así es, a nuestros pequeños les damos una herramienta sobrada que a nuestros futuros profesionistas prohibimos en las aulas.
No es novedad en este país que a veces pareciera estar al revés…
