La Dictadura Perfecta es una película dolorosa que no me hizo gracia. Reconozco en Luis Estrada a un realizador inteligente, sarcástico y valiente que ha hecho de esta película una especie de nueva versión de "Wag the dog" con Robert de Niro y Dustin Hoffman, impecable pieza que posiciona la figura del "Spin Doctor", aquel tipo que, conociendo a fondo la psicología de las masas y la naturaleza de los medios masivos de comunicación fue capaz de manipular a un país entero.
En La Dictadura Perfecta se habla constantemente de La Caja China, que no es mas que el título que se le puso al gringo "spin" para distraer la opinión pública.
Llaman la atención varias cosas: La extraordinaria interpretación de los actores, lo que quiere decir que el Director tiene mucho que ver, y la sentencia de "persona non grata" en Televisa para los involucrados en el cast como Saúl Lizaso, Silvia Navarro, Arath de la Torre, entre otros.
Pero lo que ha causado un particular enojo en Los Pinos (según el radio pasillo presidencial) es el hecho de que se haya filmado casi en su totalidad en el estado de Durango. Socarronamente Estrada abre el filme con los créditos del Gobierno del Estado de Durango, el IMCINE y otras instituciones que apoyan estas producciones.
Por otro lado, y sin caer en grillas, me parece que el hecho de que una película no sólo no se censure, sino que se produzca con libertad es no un logro, sino un avance en las diferentes expresiones a las que como ciudadanos tenemos derecho.
La Dictadura Perfecta nos retrata, a veces hiperbolizando, la realidad mexicana: Un presidente descuidado en sus declaraciones por decir lo menos, gobiernos estatales de abuso y corrupción y una sociedad adormecida por los medios masivos de comunicación sin olvidar el maniqueo manejo de la historia inmediata… el presente.
Altamente recomendable ir a verla, pero tenga precaución, yo salí profundamente deprimido. Sin embargo, difiero un poco de lo que ahí se dice sobre las redes sociales, considero que cada vez somos más los mexicanos que alzamos la voz, que no pagamos 'mordida', que respetamos las leyes y que queremos un México mejor. En lo personal no coincido con el Gobierno de la República, pero me molesta la crítica sistemática a todos sus actos, me molesta la desunión.
¿Qué vamos mal? Es cierto, no me gusta, pero creo que carecemos de unidad y de alternativas basadas en la colaboración y en la corresponsabilidad.
Entre más nos involucremos y exijamos a nuestros gobiernos más podremos exigir que se nos escuche y se nos tome en cuenta para las decisiones que ahora siguen siendo cupulares.
PD: El próximo sábado Moreleando cumple dos añotes, el tejido social se reconstruye, gracias al esfuerzo impecable y sin colores de ningún mugroso partido de un grupo especial de ciudadanos torreonenses, vaya a darse la vuelta con su familia y le invito a saludarnos y charlar paso a paso…