El técnico del San Lorenzo, Edgardo Bauza (d), da instrucciones durante el reconocimiento de la cancha del Estadio Defensores del Chaco. (EFE)
Nacional de Paraguay y San Lorenzo de Argentina protagonizan a partir de hoy una final inédita de la Copa Libertadores.
El local, aunque cumplió 110 años de existencia, apenas lleva siete participaciones en el torneo continental, mientras que los "Cuervos" del fútbol argentino superaron por primera vez la etapa semifinal.
La revancha se disputará el 13 de agosto en Buenos Aires.
"Hicimos una gran campaña para llegar a la final pero falta lo más importante: ganar los dos últimos partidos", comentó el técnico de Nacional, Gustavo Morínigo.
Admitió que la suspensión por un juego de su volante Marcos Riveros "es una baja importante, porque es un recuperador de pelota con un nivel de rendimiento muy alto".
El experimentado delantero Fredy Bareiro, quien el año pasado jugó en filas de Olimpia la final de la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro, es candidato a ingresar, lo que obligaría una modificación táctica con relación al once que enfrentó en semifinales al club uruguayo Defensor Sporting.
San Lorenzo llega a la final con la duda del zaguero Mauro Cetto por lesión.
"Nosotros no tenemos la presión del candidato. Y lo que deseo es que ojalá se pueda disfrutar este partido. San Lorenzo alcanzó la final en base a mucho sacrificio y buen juego", comentó el timonel del club argentino, Edgardo Bauza. "No creo que el partido sea tan cerrado. Lo veo complicado para los dos. Nos conocemos y cada uno tiene muy claro qué hacer".
El mediocampista Néstor Ortigoza, un argentino que jugó por la selección paraguaya, señaló que la clave para San Lorenzo es no quedar expuesto a los contragolpes de Nacional.
"Pero nosotros llegamos muy bien en lo físico y en lo anímico. Siempre definimos fuera de casa y nos fue muy bien. Nosotros llegamos a esta instancia con la ilusión de levantar la Copa, pero atención, que ellos también", comentó Ortigoza a la agencia Télam.
