Negocios. Un casino en el Centro de la ciudad y una sala de masajes están regulados y son los únicos en funcionamiento.
El alcalde José Miguel Campillo se dijo extrañado por las declaraciones de la representante de la Comisión Unidos contra la Trata, Rosy Orozco y aseguró que en Gómez Palacio no operan negocios dedicados a los "giros negros".
Durante su visita por Torreón, la activista se pronunció a favor de que en esta ciudad dejen de operar tales establecimientos, al atribuirles a su presencia la alta incidencia de agresiones sexuales en La Laguna de Durango.
Campillo aseguró que por diferentes circunstancias los "giros negros" prácticamente no existen, lo cual implica que el Municipio no tiene problemas como a los que hizo alusión Orozco.
Según el alcalde, en la actualidad sólo hay una sala de masajes y un casino, los que según dijo "están dentro del marco legal".
Comentó que debido a las situaciones de inseguridad que imperaron hace tiempo en la región Lagunera, prácticamente todos los negocios dedicados a la venta de bebidas alcohólicas en envase abierto con la participación de personas en variedad, así como en bailes y atención a los clientes, prácticamente desaparecieron.
Los sitios a los que se hace alusión "prácticamente ya no existen y no habría que incurrir en ningún cierre, pues el ambiente que se vivió hace tiempo exterminó la vida nocturna de esos establecimientos".
En el caso de la sala de masajes, dijo que está regulada y vigilada por la Dirección de Prevención Social Municipal, para hacerle respetar los lineamientos de salud y legalidad en cuanto a las edades mínimas de trabajo y las circunstancias en que se encuentran laborando.
El Municipio ha tenido especial cuidado de que el sitio en donde laboran las personas que se dedican al sexoservicio, cumplan las normas establecidas en términos de Derechos Humanos, del cuidado de la salud personal y pública y sobre todo por un respeto a la paz y la dignidad de las personas, añadió Campillo Carrete.
Tampoco se han autorizado nuevas licencias de alcohol, y los restaurantes que abrieron en los últimos meses venden bebidas alcohólicas a través de algunas que ya operaban y que sólo cambiaron de domicilio.