Estrategia. Con proyectos productivos quieren reducir de forma paulatina el número de jornaleros migrantes.
A partir de este año ya no hay becas para los hijos de los jornaleros migrantes que se van con sus padres a los campos agrícolas, sino para los que se quedan en casa a continuar con sus estudios.
Así lo indicó Javier Hernández Flores, delegado de la Secretaría de Desarrollo Social en Durango, quien manifestó que para ello se promueven proyectos productivos con las madres de familia.
Mezquital es un municipio con muchos jornaleros migrantes; según reconoció Margarito Cervantes Flores, gobernador tradicional de Santa María de Ocotán, diez mil de treinta mil habitantes de la región suelen ir a trabajar a otras entidades por temporadas.
Una costumbre que se pretende erradicar es el hecho que se vayan las familias completas, pues aunque en los campos agrícolas hay albergues y el Gobierno busca dar facilidades para que los niños no dejen de estudiar, existe el riesgo de que los menores terminen por involucrarse en el trabajo.
A finales de julio pasado se anunció un apoyo especial para cerca de mil 400 hijos de jornaleros en el estado entre los seis y 14 años, con la finalidad de que continúen su educación y tengan los servicios indispensables de asistencia diaria, con una inversión de alrededor de cinco millones de pesos.
CONTRATIEMPOS
Hernández Flores mencionó que es complicado para las familias no contar con el ingreso del padre por un período de seis meses, pero es necesario avanzar en mejorar este esquema.
Y es que además de buscar que los niños se queden en su localidad para que su formación educativa no se vea interrumpida, se pretende alcanzar a los hombres que son el sustento de la casa con los proyectos productivos.
Por lo pronto, de cada diez habitantes de la zona indígena, ocho están incluidos en el programa de Oportunidades, aunque se busca fortalecer los programas que no son asistenciales, como los de proyectos.
Hay buena aceptación en algunas localidades, en las que hasta las mujeres están involucradas, aunque en otros casos, las tradiciones han frenado un poco.
