Tristeza. Vecinos y familiares despidieron a los dos trabajadores que fallecieron en la mina La Platosa.
Ni siquiera lo pensó, Cuitláhuac López Rivera se lanzó al cárcamo donde flotaban los cascos de sus compañeros. Sacó a Jorge Carrillo Rivera y le presionó el pecho para que reaccionara, de pronto abrió los ojos, pensó que se había salvado. No fue así.
"Yo fui el último que lo tuve ahí, no sé qué le voy a decir a la señora, no sé que voy a decirle", dice con tal pesar que se talla la cara y aprieta los ojos para no llorar.
El caso de Evaristo Nava Soto, "Varo", fue distinto, cuando lo sacaron ya estaba muerto, tenía moretes en el cuerpo y le salía sangre por la boca.
La tarde del jueves
Cuitláhuac opera una máquina que saca la plata a la superficie, estaba concentrado en su trabajo, cuando un muchacho se desmayó frente a él; antes de hacerlo le dijo que un par de hombres se estaban ahogando en un cárcamo donde hay bombas eléctricas.
"Miramos en el agua que andaban los cascos flotando, cuando los sacamos recibimos el apoyo de unos contratistas Agustín Rodríguez y Enrique. Al momento de sacarlos tenía como quemaduras, unos moretones".
Fueron Cuitláhuac y Juan Romero el par de hombres que a pesar de que minutos antes una fuerte descarga eléctrica había sacudido a sus compañeros, se metieron al agua para rescatarlos.
"Nos decían que no nos metiéramos porque estaba electrizado, pero el que es eléctrico sabe que cuando hay una descarga de una bomba sumergible, se aterriza, ó sea se corta la corriente.
"Ver un compañero así, no la pensé. Aún a costa de uno mismo no me importó nada, cuando ves que en el agua andan los cascos tú te metes para adentro, a buscarlos. Son designios de Dios, no es de uno".
Sacarlos fue complicado, estaban en el fondo y no podían encontrarlos. Como pudieron pusieron los cuerpos sobre una grúa. Gracias al curso de primeros auxilios que recibieron, al entrar a trabajar, supieron cómo reaccionar.
"Se le tiene que masajear el corazón para que reaccione. Se les dio los primeros auxilios de respiración y sí reaccionó Jorge, pero nomás abrió los ojos y su boca, pero perdió el conocimiento".
15 minutos después llegó la Cuadrilla de Rescate de la mina, justifica Cuitláhuac que es un tramo largo el que debe recorrer hasta llegar al lugar del accidente.
Seguridad en la mina
Hace 3 años que Cuitláhuac trabaja en la mina "La Platosa", como operador, en ese tiempo asegura que se toman las medidas de seguridad necesarias, pero la vida del minero es así, dice.
"Checan que la bomba esté trabajando bien, que no esté dando toques. Se cuentan con los aparatos necesarios para checar que no 'haiga' una fuga de corriente que pueda afectar al personal".
Ocurrió que cambiaron la bomba de agua y para él fue un cortocircuito porque los trabajadores sufrieron una fuerte descarga eléctrica.
"Se puede decir que hizo corto, todos estamos expuestos a cualquier tipo de accidente. Todos dicen que es peligrosa la mina, pero también es peligroso afuera".
La vida del minero
Los compañeros de Cuitláhuac saben que cinco minutos antes de las dos de la tarde llega a la parada del camión, en la calle principal de Bermejillo. Él llega con su mochila y se va a trabajar a la mina. Ayer no fue así, no fue a trabajar porque lo llevaron a declarar al Ministerio Público, tuvo que narrar con detalle qué ocurrió con sus compañeros.
"Hasta el lunes voy al trabajo, estoy deprimido porque eran compañeros que a diario nos veíamos. Ahí echábamos la botana y convivíamos ocho horas diarias, ahí todos se ven con compañerismo, ahí no hay con que tú eres contratista y tú de la empresa, todos somos conocidos, todos somos iguales".
Todo lo que pasó fue impresionante para él, se siente impotente de no haberlos salvado y dice que no ha podido ir a la casa de Jorge Antonio Valentín Carrillo.
"Se siente feo verlos que se te van de las manos, cuando vea a la esposa de Jorge, ¿qué le voy a decir? No se pudo hacer más, ésa es la vida del minero, es muy triste, pero ésa es la vida del minero".