Sin duda alguna, para alcanzar la paz y la convivencia anhelada por cualquier sociedad es necesario aplicar la justicia; si no se llega a ese nivel de relación (paz-aplicación de justicia), los resultados en este propósito serán nulos. Surge entonces la pregunta: Cómo demonios pretendemos tener paz si no se aplica la justicia sin referirse exclusivamente al campo penal. El miércoles pasado sostuve una charla muy nutritiva con mi amigo el licenciado Adame. Me platicaba del problema que tiene con un joven estudiante egresado de una universidad instalada en Gómez Palacio, un joven que al igual que sus compañeros de salón batalló mucho para lograr llegar a la conclusión de su carrera y que lamentablemente ha sido víctima de muchas mentiras por parte del rector y de otras autoridades educativas. A los alumnos les aseguran una cosa, por ejemplo, que todo está listo para que se presenten en algún municipio de Coahuila y empiecen sus prácticas profesionales, pero cuando acuden se encuentran con que nadie sabe nada y descubren que las autoridades educativas en ningún momento realizaron trámite alguno para esa obligatoriedad de los egresados. De alguna manera, esta serie de irregularidades ya es del conocimiento de la autoridad estatal, el asunto se presenta en Gómez Palacio y corresponde a Durango atenderlo y corregirlo, pero hasta el momento nada, por el contrario, el rector y demás siguen haciendo gala de poder y consentimiento de los superiores; sin embargo, el asunto que comenta el licenciado Adame es solamente uno de muchos casos donde la impunidad y la poca importancia al reclamo social no deja de ser más que un grito en el enorme desierto. Comentamos también el caso de una institución superior de la localidad donde todo tipo de trámites se cobra y donde con toda la intención reprueban al universitario para cobrarle en una nueva oportunidad, una feria que se queda en el plantel. Guías de estudio, cuotas y demás son aplicadas constantemente y al igual que en el caso anterior, la autoridad superior en Saltillo tiene conocimiento pleno del problema, pero… Volviendo al inicio, las personas que anhelan vivir en paz, y digo las personas, porque muchas tal parece que no pueden vivir sin problemas, se topan con este tipo de detalles detectados en el campo educativo solamente, aunque las muestras de impunidad, proteccionismo y tolerancia observadas en el fracasado intento de aplicar la justicia están en todas partes. La nula atención al problema provoca la manifestación de la sociedad. El grupo de alumnos afectados en la Universidad gomezpalatina ya realizó algunos bloqueos en las puertas del plantel, demandó otra vez la intervención de Durango, hablar con el rector, pero éste sigue con sus argumentos de poco convencimiento, los padres de familia cada vez están más molestos y la tan anhelada frase de "llevar la fiesta en paz" no se alcanza. Tiene razón el licenciado Adame y todas las personas que andan en el mismo canal sosteniendo que la paz se logra solamente aplicando la justicia; partiendo de ahí, entonces los temas del bullying, del maltrato a la mujer, robos a casas-habitación, engaños educativos, asaltos y muchos más, seguirán siendo sólo temas informativos de lo ocurrido, no de lo atendido.
Por Martín Chávez
