Finalmente, Jesús Valenzuela García fue instalado como nuevo rector de la Universidad Autónoma Agraria "Antonio Narro" (UAAAN), no se puede decir que la nueva autoridad llegó producto de un proceso de elección democrática; por el contrario, es una clara imposición plagada de controversias e irregularidades que debe provocar vergüenza en esta casa de estudios. Valenzuela García iniciará sus funciones como máxima autoridad de la Narro el próximo 12 de noviembre y para la Unidad Laguna el panorama con esta nueva representación no es nada alentador, está claro que prevalecerá el centralismo, la preferencia y el servicio al grupo en el poder que de ninguna manera contempla la atención y solución de los problemas que padece el plantel ubicado en La Laguna.
Para Los Buitres laguneros quedó claro que rasca en lo imposible el pretender ubicar como rector a alguien de esta unidad y si no pregúntele al doctor Fernando Ulises Adame de León, quien apoyado por nutrido grupo de jóvenes estudiantes y académicos, pretendió participar como candidato y fue rechazado. La elección exhibió manoseo desde un inicio y parte de sus máximas exhibiciones de antidemocracia y bajeza fue la compra de votos en ciertas áreas de la casa de estudios, ofreciendo a los universitarios dinero a cambio del sufragio y aunque la jornada transcurrió en forma pacífica, eso no significa que el proceso fue limpio, no, sino todo lo contrario y así se notó desde que los tres aspirantes, candidatos registrados a la rectoría, se presentaron en Torreón para exponer sus propuestas y todos fueron abucheados por estudiantes en franco reclamo a la desigualdad de trato.
En La Narro hay serios problemas porque el grupo en el poder no atiende las necesidades de los universitarios, sino sus intereses; no hay intención de aclarar el faltante millonario de dinero que bien se puede aplicar en la mejoría de laboratorios, la creación de un establo en la Unidad Laguna, alcanzar aquellos requerimientos para que la Narro, cuando menos en esta región, alcance los niveles de certificación que garanticen que los estudiantes están recibiendo una formación adecuada… Aveces no hay agua, ni servicio de energía eléctrica, es una pena que la UAAAN haya olvidado su esencia formadora de profesionistas que contribuyan al rescate del campo y caído en la bajeza de permitir prácticas políticas del mundo de la simulación en el que vive Coahuila. Ahora sólo falta que en cualquier momento inicie dentro de la Narro la distribución de despensas, vales de buenas calificaciones, pintura y cemento. ¡Qué barbaridad! Hasta dónde hemos llegado.
Por Martín Chávez