Ya se discutió en el Senado el proyecto de dictamen para reformar los artículos 24 y 40 de la Constitución Política; la libertad religiosa donde todo hombre es libre para profesar la creencia que más le agrade y practicar ceremonias, devociones o actos del culto respectivo siempre que no constituyan un delito, pero aclara la pretensión que el Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohiban religión alguna, además los actos religiosos deberán celebrarse solamente en los templos. El 40, habla de la voluntad del pueblo mexicano de constituirse en una República compuesta de estados libres y soberanos. Derivada de una de las últimas Conferencias del Episcopado Mexicano, los obispos de la nación analizaron a fondo la posibilidad de incluir la enseñanza religiosa en el sistema de educación pública tomando en cuenta en gran parte, que los niños y jóvenes tienen más recursos de conocimiento y capacidades tecnológicas que la generación responsable de su formación, pero sobre todo porque viven en un ambiente deshumanizante donde ya se duda del significado de la verdad, del bien… de la vida y todo ello ha afectado brutalmente la convivencia del pueblo de México. ¿Qué pasó antes de someterse esto al Senado? Se realizaron cambios fundamentales a la propuesta para impedir que en las escuelas públicas se imparta educación religiosa, sí, sobre todo en lo relacionado al artículo 24, los senadores modificaron la exposición de motivos aprobados por la Cámara de Diputados en diciembre pasado y con ello cerraron la puerta a futuras modificaciones que permitan que en la escuela pública se imparta educación religiosa y que las iglesias cuenten con medios de comunicación, lo que sinceramente no entiendo porque ya hay estaciones de radio, canales de televisión, revistas y diarios que hablan de religión. Parte de este tema, habla también de la necesidad de reformar los artículos 1, 3, 27 y 130 del libro más importante de nuestro país que habla de los Derechos Humanos y sus garantías, irónicamente en un mundo donde por muchos años ha prevalecido el estado de leyes, pero no de derecho. Consideran los sacerdotes que en este momento, niños y jóvenes están en un punto de confusión, no saben a quién hacerle caso -a la televisión, al papá, a la mamá, a la escuela, al amigo, a la Iglesia, a la computadora--, por ello se requiere modificación urgente en el servicio educativo y sin hablar de alguna religión en especial, proponen la colaboración de todo el servicio religioso para contribuir en la formación de la persona. En el Senado ya se cerró el libro y dejó de discutirse este tema tan interesante, desde mi punto de vista, pues tiene como una finalidad atender la principal necesidad que anhela nuestro país, que es la paz y tranquilidad, la convivencia sana, buscando atender el asunto desde su raíz, desde que empieza la formación de la persona. El Episcopado en su siguiente conferencia, seguramente insistirá y debe ser así, aunque parece que es mayor el número de gente que desea un México 'emproblemado'.
Por Martín Chávez
