La i Laguna

Nopal y frijoles

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Yo creo que la respuesta a si hay o no buenos maestros la tienen los alumnos y las mediciones que se pueden hacer de los niños y jóvenes que egresan de primaria, secundaria y hasta preparatoria, son los alumnos los principales testigos del comportamiento de cada maestro dentro del plantel educativo, son ellos quienes se dan cuenta si el maestro asiste o no al salón de clases y los motivos o argumentos que exponen para tratar de justificar, en ocasiones su irresponsabilidad; son los alumnos los mejores testigos del lenguaje que emplea el maestro en el proceso enseñanza-aprendizaje-, de la forma de calificar, de vestirse, de dirigirse y conducirse dentro del plantel y de sus funciones, hacia el director, a sus compañeros docentes y administrativos, además son los mismos maestros quienes saben perfectamente si están cumpliendo con su papel en bien de las futuras generaciones o no. En los planteles educativos de todos los niveles se sabe también el por qué se le otorgaron más horas clases al docente recién ingresado, se sabe de los privilegios que tienen aquellos que tienen relaciones "positivas" con representantes del sindicato magisterial y autoridades. Se sabe incluso de algunos que trabajan como docentes teniendo un título distinto al requerido, por ejemplo, escuelas donde un ingeniero da clases de Español. Lo que definitivamente es cierto, es que no se puede opinar de algo de lo que no se está al tanto todos los días y no siempre se puede confiar en quienes lejos de reportar la verdad con miras a mejorar, crean cortinas de humo para mantener el mundo de simulación en una parte del campo magisterial. Los críticos que han mantenido estrecha observancia en el trabajo docente y principalmente en el nivel de primaria, exponen comentarios nada alentadores, uno de los principales, la falta de dedicación y entrega por parte del docente a su labor en apoyo de los niños. Los reportes que envía cada escuela a la autoridad inmediata superior, en ocasiones no dicen lo que realmente ocurre en el salón de clases y a su vez el reporte de esa autoridad a la máxima en Saltillo, pues va con una densidad mayor. Así, es difícil que una persona, quien quiera que sea, pueda asegurar que en general el trabajo de los maestros es bueno o no; son los alumnos los mejores críticos y quienes en ocasiones con sus pláticas en son de burla o "carrilla", nos permiten observar la deficiencia existente como el grupo de jovencitos de Secundaria que a su profesor le decía "El Mesero", porque aparecía cada mes; igual al "Quinceañero", comentarios que pueden provocar risa en principio, pero en la reflexión secundaria, plantea preguntas fuertes como el por qué entonces se tolera a esta persona y además se le protege o bien cuestiona el nivel de enseñanza del plantel donde se detecta el problema. Decía el profesor Eleuterio Serrano de la Técnica Industrial… En la mesa, los planes se embarran de frijoles, por eso yo no asisto a las reuniones convocadas por la autoridad, porque cada vez que se piensa en actualizar al maestro el alumno se atrasa y los proyectos que se presentan se quedan en el mantel y se diluyen en el campo de la práctica. La educación y la práctica de valores como el respeto, la responsabilidad, la puntualidad, la honradez, el esfuerzo, son termómetros que también permiten la medición de la educación, preguntas que al contestarlas obtendremos la respuesta a cómo andamos como sociedad.

Por Martín Chávez

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