El desafío de la comunicación y la mentira deliberada. Los días siguientes a la toma de posesión de Miguel Riquelme como presidente de Torreón fueron de intensa presencia de nuevos servidores públicos en distintos medios de comunicación. Ya es sabido que el presidente saliente dejó como herencia una ciudad catastrófica, en todos los campos los panoramas son desalentadores y según escucho y veo en radio y televisión los compromisos que están asumiendo y las promesas que están anunciando ahora quienes llevarán las riendas son realmente alentadoras. Me llama la atención las entrevistas de quienes tendrán en sus manos el futuro y pretensiosamente el mayor bienestar de mujeres, niños, ancianos y discapacitados, aunque las palabras son las mismas. Cuando se refieren al género femenino citan casos de violencia intrafamiliar, de las mujeres luchonas que son padre y madre en sus hogares y familias y que definitivamente requieren más apoyo, de lo que sufren y de las buenas intenciones -acciones-que se adoptarán para mejorar su situación; con los niños sucede algo similar, se habla de sus derechos, de los que sufren por la pobreza extrema y también de los planes que se practicarán para elevar sus formas de existencia hasta provocar que su paso por este mundo sea placentero al igual que como se anuncia y se desea en el caso de discapacitados y ancianos, muchos de los cuales requieren trabajar para sobrevivir. Es precisamente en estos días en que se presenta el desafío de la comunicación y la mentira deliberada y donde como punto principal debe estar el respeto a una comunidad golpeada y humillada, el decir algo que no se puede cumplir, pero que se tiene que decir para ocasionar la luz de esperanza en una nueva autoridad y ofrecer el mejor discurso frente al entrevistador. En los cuatro grupos de personas de las que estamos hablando se requieren acciones de enormes dimensiones, más ambiciosas que verdaderamente ofrezcan mejores oportunidades sociales, no conferencias, ni pláticas o cursos de manualidades de repujado, corte de pelo, elaboración de piñatas, etc., que sinceramente no resuelven nada. Quienes tienen en sus manos la oportunidad de servir y sobre todo en áreas de beneficio directo a algún conjunto de personas, deberán pensar más ambiciosamente. Empezamos bien, como cualquier otra administración, recordando el famoso "Rescatemos Torreón". Ahora las promociones verbales son buenas, cero tolerancia a los corruptos, transparencia, fuera los que no trabajan, pero sí cobran, dejémonos de lamentaciones, todo eso es muy bueno e invita a quienes tienen el privilegio de servir a Torreón, ahora en este momento tan difícil, a hacer algo por la sociedad que ya no cree en la política y que los discursos y promociones de mejoría de los servidores a veces los toma hasta como burla…
Por Martín Chávez
