"La planta mágica" y es una de las mejores fuentes de combustible natural, del aceite de Jatropha, un arbusto muy resistente, se puede obtener uno de los mejores combustibles, la planta cuida el suelo y beneficia a los países subdesarrollados.
Las semillas de la Jatropha tienen la forma de una nuez, aunque son un poco más pequeñas. Cuando su cáscara exterior, que normalmente es de color verde, empieza a tomar una tonalidad amarillenta, las semillas están listas para ser recolectadas. Al retirar la cáscara, se encuentran otras tres semillas. Cada una de ellas contiene un 40% de aceite. Tiene ventajas naturales y prácticas sobre otros biodiésel hasta ahora producidos.
La Jatropha resiste altas temperaturas y sequías, al tiempo que protege y fertiliza el suelo. El secreto que hace a la Jatropha resistente a todo es su veneno. La planta es tan venenosa, que ni siquiera se tiene que preocupar de proteger de los depredadores su fábrica de aceite natural.
Extensiones de tierra hasta ahora inservibles podrían ser cultivadas, creando beneficios a países con pocos recursos. Mientras, la Jatropha protege el suelo de la erosión y libra al cielo de parte de los gases contaminantes.
En proceso el cultivo de 62,000 hectáreas de Jatropha en Yucatán. Dos empresas yucatecas desarrollan esos ambiciosos proyectos para la producción de biodiésel.
Las empresas yucatecas vislumbraron desde 2008 el potencial de la planta Jatropha para la generación de biocombustibles y desarrollaron ambiciosos proyectos para cultivar en forma conjunta casi 62,000 hectáreas en Yucatán, se sembró en forma experimental 25 hectáreas a manera de prueba en tierras de Tizimín. Sin embargo, la proyección futura es que en los próximos años se sembrarían 2,000 hectáreas, luego aumentaría a 10,000 y su metal final será la plantación de 20,000 hectáreas en el oriente del Estado.
La otra empresa, sembró 300 hectáreas en 2008 y, según sus proyecciones, el año siguiente la aumentó a 1,800, luego a 11,800 y para el 2012 cuenta con 41,800 hectáreas en los municipios de Abalá, Sotuta, Muna y Tekax.
El estadounidense John Rogers, quien es un estudioso del combustible alternativo y pronosticó un futuro promisorio para la Península de Yucatán por medio de la jatropha, cree que esta planta se convertirá en el nuevo "oro verde" de Yucatán porque empresas nacionales e internacionales tienen intenciones de cultivar masivamente esa planta endémica en la Península de Yucatán.
John Rogers vive en Mérida y trajo de Miami, Florida, una camioneta que consume aceite vegetal de desecho. Su experiencia y visión sobre el futuro agrícola de la Jatropha la expuso durante una conferencia que ofreció en la Casa Catherwood, ubicada en el rumbo de Santiago.
Al hablar de este tema, el veterinario Escaroz Soler dijo que tuvo la experiencia de conocer en España las plantaciones de Jatropha y refinerías que transforman el aceite de estos frutos en biocombustibles y coincidió con el residente estadounidense de que la Península es apta para el cultivo masivo de esta planta, que sería el sustituto de los combustibles fósiles del mundo.
Mostró información científica donde aparece que la Jatropha da dos cosechas al año, a partir del sexto año produce 6.5 toneladas de frutos por hectárea, es de alta resistencia a la sequía y su tiempo de vida útil llega a los 25 años de explotación.
La Jatropha sólo sirve para la extracción de aceite, que se industrializa para la transformación de biodiésel.