Un alto en este espacio para recordar y rendir un merecido homenaje a través de esta columna a un gran amigo, que en el futuro físicamente ya no estará más con nosotros, sin embargo, una persona muere cuando ya no se le recuerda, cuando jamás se le tiene presente y el Lic. Miguel Ángel Ruelas Talamantes vivirá en nuestros corazones, estará presente en todos y cada uno de los miembros de su 7ª. Generación de Licenciados en Derecho de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón, estoy seguro que así será.
La comunidad de toda la Comarca Lagunera, se encuentra de luto.
En las aulas de la Facultad, aún recuerdo formamos un equipo de estudio desde el primer año de estudios de la carrera y nos reuníamos en diversos lugares, pero nunca faltaba alguno, cada uno leía un párrafo de la lección en cuestión y de la rama del Derecho que en ese momento era necesario, y me decía: "Agustín sigues tú, pero por favor, te recuerdo no leas como si estuvieras dando una homilía o como si estuvieras en misa".
Muy querido por todos, Miguel Ángel siempre con la broma, poniendo apodos, sonriendo, apoyando a todos, animándonos a seguir adelante y siempre al pendiente de que nadie se quedara atrás en el estudio.
Ante las dificultades institucionales, siempre dando su atinado criterio, todo un líder de ésta, que mis compañeros no me dejarán mentir, la presencia tan significativa en esta generación de abogados.
Un día (hace ya 32 años) invita a los miembros académicos de la Universidad Autónoma Agraria "Antonio Narro" Unidad Laguna a colaborar en "El Siglo de Torreón", a fin de escribir sobre el devenir histórico de la universidad y sobre diversos temas relacionados con el agro mexicano en la sección agropecuaria y de interés para la Comarca lagunera, sin embargo, llega el momento en que esta columna, en la que estoy escribiendo esta semblanza de mi amigo y compañero, me quedé con ella y a la que le denominamos "Legislación Agropecuaria" que más tarde recibe el nombre de "Normatividad Agropecuaria" y que hasta este momento así se encuentra.
Miguel Ángel no estaba del todo de acuerdo con el nombre y me dice (aún lo recuerdo como si lo estuviera oyendo) "Agustín, con ese nombre se te va a acabar el "rollo" muy pronto", desde luego que se convenció después, ya que aquí estamos todavía.
En las reuniones de la generación cada año, ya sea para cenar, o bien, en alguna comida, Miguel Ángel siempre presente.
Así pudiera seguir narrando un sinfín de grandes y positivas anécdotas de esta trascendente amistad, así como muchas personas que en verdad lo estimamos, lo queremos y vivirá por siempre.
Sí que lamento mucho su partida de este mundo, pero estoy convencido que ha dejado una gran huella en muchas personas.
Y como dice una canción, con una frase muy trillada, pero muy cierta…"cuando un amigo se va, deja un espacio vacío…"
Seguramente Miguel Ángel estará muy feliz, muy contento, no sufriendo más, puesto que para los que somos creyentes… está ante la presencia de Dios, su creador recibiéndolo como premio a su nobleza de corazón, siempre haciendo el bien y confortando conductas humanas, como él quiso hacerlo y lo hizo día a día en este camino por la vida.
Miguel Ángel, vaya una gran plegaria y agradecimiento, por ser un ejemplo de vida entregada a los demás…vivirás siempre con nosotros, la última página de oro se cierra.