Hay que tener en cuenta que la carne es un alimento recomendado para las épocas en las que se quiere aumentar la masa muscular, debido a su alto contenido en proteínas de muy alto valor biológico. Pero, a pesar de esto, la carne suele ser un alimento que no se consume demasiado, debido a su contenido en grasas.
Un ejemplo de carne saludable, rica en proteínas y baja en grasa es la del conejo. Un alimento que además de ofrecer grandes beneficios es económico, con lo que puede ser un alimento habitual en una dieta. Pero no solamente es una carne baja en grasas y colesterol, sino que es un aliado en la dieta de todo deportista, pues ayudará a aumentar los tejidos musculares y su calidad.
Desde hace mucho tiempo la carne de conejo ha estado en un segundo plano por considerarla de categoría inferior al resto de carnes como, por ejemplo, la de ternera o vaca, mucho más caras y a la vez ricas en ácidos grasos saturados. El conejo, por su parte, apenas aporta grasa y mucho menos colesterol, por lo que es una carne muy recomendable en dietas bajas en calorías.
Es destacable su alto contenido en proteínas de alto valor biológico, es decir, son fácilmente asimiladas por el organismo que las transformará en tejidos. Esto hace del conejo un alimento acorde con los intereses de todos los que practican deporte, con el fin de aumentar de una manera sorprendente la masa muscular.
Pero no solamente el conejo tiene estas propiedades, sino que además es de destacar su alto contenido en minerales. Concretamente es importante su contenido en zinc, magnesio y hierro, fundamentales para el buen funcionamiento del organismo y tareas básicas como la producción de glóbulos rojos, así como el mantenimiento del buen equilibrio orgánico.
Su contenido vitamínico es importante. Destacan las altas dosis de vitaminas del grupo B como la cianocobalamina o vitamina B12, la niacina o vitamina B3 y la piridoxina o vitamina B6. Todas ellas fundamentales en la realización de diversas funciones del metabolismo como la asimilación de alimentos, fabricación de tejidos y sistema nervioso.
A todas estas cualidades se debe añadir que es un tipo de carne fácilmente digerible por el organismo, ya que su bajo contenido calórico y sus pequeñas dosis de sodio lo convierten en un bocado fácil de asimilar por el organismo. Esto ayuda a agilizar las digestiones y conseguir que el metabolismo funcione más de prisa y de forma más eficaz. Además, es un tipo de carne que ofrece infinidad de maneras de prepararla para obtener los mejores resultados.
Un dato curioso es que, tanto el conejo como la liebre por ser tan prolíficos son símbolo de Venus / Afrodita, la diosa del amor y la fecundidad y la fertilidad, por eso se los representa en forma de chocolate para las pascuas, pero no confundir pascuas con la festividad cristiana de la resurrección o la hebrea de la liberación, estas dos festividades son muy posteriores y arrastran la inicial de festejar el renacimiento de la vida y la naturaleza, fiesta que estaba dedicada a las diosas madres (mitos de Tammuz, Adonis, Osiris, Hipólito, Deméter, etc.).
Un poco de historia: La carne de conejo se consume desde la época de la prehistoria en países como Francia y Bélgica, más tarde se desplazó hacia la Península Ibérica hasta llegar hasta lugares como África y América.
Durante la Edad Media, este animalito de enormes orejas comenzó a domesticarse y a criarse dentro de jaulas, dando origen a la que hoy se conoce como cunicultura.
En México las razas más comunes y utilizadas en la cría y comercialización de conejo son la Nueva Zelanda Blanco, California, Chinchilla, Mariposa, Satinado Rojo, y algunos otros como el Azteca Negro, especies de tamaño medio con pesos adultos que oscilan entre los 4 y 5 kilogramos de peso vivo.
En la época actual, el conejo que se explota en la República Mexicana, destinado para la producción de carne, es criado a través de modernas instalaciones específicamente diseñadas para el desarrollo de la especie. En este lugar, los roedores reciben diariamente cuidados y una alimentación balanceada basada en insumos de alto contenido en fibras como la alfalfa, el girasol y el salvado. Esta actividad es comparable a la utilizada en países europeos productores de carne de conejo como Italia, Francia y España.