Su inquietud por contar la historia de un pueblo fantasma llevó al cineasta mexicano Carlos Armella a conocer a don Jesús, un hombre de 93 años, y su hijo Juan Diego, los dos únicos habitantes de "La Estancia" y protagonistas del filme que presentó en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
"Visualmente me resultaba muy interesante contar la historia de un pueblo abandonado a través de sus habitantes que ya no están... así que lo que empezó como un documental se combinó con la ficción para dar forma a la película", explicó Armella en entrevista.
Indicó que la decisión de mezclar ficción y documental fue como una especie de reto al público, "sabía que había un riesgo que quería asumir, utilizar ambas narrativas, porque sabía que si a mí me gustaba habría más personas que también lo disfrutarían".
A Armella (Toro Negro) lo ubican como un documentalista; sin embargo, tampoco es ajeno al género de la ficción, "creo que los géneros no son excluyentes, es cine y no es necesario hacer menos ninguno de ellos".
Indicó que cuando filmó la primera parte de la película se la mostró a Alejandro González Iñárritu, a quien le gustó y le ofreció dar su asesoramiento y ser productor del filme, "siempre hubo un acompañamiento, jamás imponiendo su propio estilo o su rigor, fue muy respetuoso con la historia original".
Además, indicó que tener el nombre de González Iñárritu en los créditos ayuda a atraer al público, "sabía que tener su nombre resultaría interesante, para mí era un reconocimiento a su apoyo".
"En La Estancia" narra la historia de don Jesús y su hijo Juan Diego, quienes son los únicos habitantes de ese lugar, al que regresa Sebastián, un documentalista, para concluir el trabajo que había iniciado años atrás sobre el pueblo; sin embargo, las cosas ya no son las mismas pues sólo quedan ruinas.
"Desde el día primero se estableció esta relación de que lo empezó a llamar hijo. Don Chuy pocos meses antes había perdido un hijo, era el primero que se le moría, entonces creo que llevaba el dolor por dentro y de esa forma ganó un hijo (...). Lo que vi que estaba sucediendo entre ellos era magia", explicó el realizador sobre el clima que se creó entre don Jesús Vallejo y su "hijo".
Carlos Armella, quien en 2005 ganó el premio a Mejor Documental en el FICM, reconoció que la locación de su filme tiene cierto parentesco con el pueblo de Comala de la obra del escritor Juan Rulfo.