ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
EL INDISCRETO ARTE DE REFORMAR Y ENLOQUECER
DÉCIMA QUINTA PARTE
Nos podríamos enrolar entonces en numerosas reflexiones filosóficas, en interminables discusiones partidistas e históricas sobre el acontecer mexicano, que se inicien con el eterno dilema del mestizaje desde la Conquista, o los acontecimiento durante la guerra de Independencia, los conatos de imperios mexicanos, sobre Juárez y la Reforma de su época, los años de Santa Ana, el porfirismo, la Revolución con todos sus tan variados y coloridos personajes, la siguiente revolución, las siguientes reformas y los siguientes personajes igualmente folclóricos, para movernos del militarismo al presidencialismo nato y llegar hasta los finales del siglo pasado y los inicios de éste, caracterizados por una florida gama de presidentes que fueron desfilando y plasmaron su huella verdaderamente, no siempre con heroísmo o beneficiosamente. Presidentes en desuso pero que incluso en el presente, todavía uno que otro, siguen rondando los viejos salones con esa nostalgia enfermiza de la autoridad, la economía y sobre todo del poder, que quizás al igual que sucede con la juventud cuando se ha perdido, se convierte entonces en ese algo aparentemente muy difícil de dejar pasar, de ceder y de olvidar para conformarse exclusivamente con el ayer y la realidad del presente, casi como si se tratara de un síndrome de abstinencia, como una necesidad adictiva y permanente que los incita y los invita a regresos triunfalistas, aún sin importar los medios de que se puedan valer nuestros arcaicos personajes ni las consecuencias subyacentes para el país en general; presidentes que posiblemente no reconocen el retiro y la jubilación como opciones, ni tampoco como etapas naturales de nuestro ciclo de vida. Y así llegamos al presente, a nuestro restregado 2014, después de los últimos cambios sexenales de partidos, que al parecer no sabemos si realmente se trataron de cambios, o simplemente se convirtió en un colorido intercambio de banderolas y apellidos, hasta regresar a nuestro sólito status quo tricolor, que al parecer nuestras multitudes anhelaban.
Y sin embargo, después de tanto formulismo y palabrería, tenemos que concretizar una de las tantas preguntas lógicas que se generan en nuestra cabezas, y que en este caso, y a propósito de las siempre renovadas reformas hacendarias, tienen que ver no sólo con la historia mexicana y la historia de sus reformas, sino también con el destino actual de nuestros impuestos. Nos inquieta y nos interesa conocer con mayor detalle ese no siempre claro y transparente recorrido que llevan a cabo los dineros municipales, estatales o federales, ese recorrido que en ocasiones suele surgir como el grito inicial y escandaloso de la publicidad amarillista a ocho columnas en diarios y noticieros, pero que a la larga suele esfumarse en la bruma polvorienta de los archivos escondidos de la Nación, para convertirse simplemente en piezas y artimañas de museo, en otros más de los tantos recuerdos malsanos que permanecieron impunes, sin autopsia y sin dictamen alguno, aún a pesar de que supuestamente pasaron por las expertas manos del forense certificado. Nos damos cuenta entonces, que las matemáticas no siempre representan ecuaciones lógicas en el lenguaje burocrático y político, y que ese balance ideal que debería existir entre los ingresos y los egresos públicos, raras veces llega a cumplirse, porque no siempre es real y tal vez le sobró maquillaje, y porque en tantas ocasiones se encuentra desfasado, presentando déficit increíbles y ridículos no siempre justificados, pero que a pesar de todo suenan bien a la hora de hacerlos públicos, especialmente cuando lo pregonan las voces autorizadas en sus informes oficiales (Continuará).
