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ROSARIO EN IMÁGENES

EL SIGLO DE TORREÓN

Muchos mexicanos conocen el discurso, la faceta política y la lucha por la defensa de los derechos humanos de Rosario Ibarra de Piedra, pero sólo a través del documental Rosario (México, 2013), de Shula Erenberg, se puede tener una visión íntima del porqué se transformó de amorosa y feliz madre a una de las luchadoras sociales más importantes de la historia contemporánea de México.

Se trata de un material producido en colaboración con el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y Bias Postproducción; en donde la cineasta de origen argentino presenta un trabajo entrañable sobre lamujer que ha dedicado parte de su vida a buscar a su hijo: Jesús Piedra Ibarra, desaparecido en la década de los setenta.

Este largometraje se estrenó en el XVI Festival Internacional de Cine de Guanajuato, dentro de la Selección Oficial de 2013, y desde entonces ha tenido gran acogida por el público nacional e internacional, como el Festival Internacional de Cine de Monterrey, el Festival de Cine sobre Derechos Humanos y el de Cine Latinoamericano de Biarritz, donde el público lo recibió emotivamente.

La directora, guionista y productora contó con la colaboración de Natalia Bruschtein para la escritura del guión, el cual tiene una gran fuerza y logra el objetivo de la realizadora, que es presentar al personaje que casi nadie conoce, a la Rosario Ibarra como persona y no como la figura mediática que todos identifican. Como lo destacó la propia Erenberg después de la función especial para prensa previa a este estreno.

En compañía de Claudia Isabel Piedra Ibarra, hija de la activista y compañera de causa, la directora dijo que a la protagonista se le conoce en muy diversos papeles que ha desempeñado, pues fue candidata a la Presidencia de la República, ha sido senadora y diputada federal, y su lucha en favor de los desaparecidos, presos, perseguidos y exiliados la ha llevado a los organismos más altos en materia de la defensa de los derechos humanos, como la Organización para las Naciones Unidas (ONU).

La señora Ibarra ha logrado que su voz se escuche en muchos lugares, pues alzó la voz en nombre de todas aquellas personas desaparecidas de manera forzada, como su propio hijo que desapareció en 1974 y desde entonces no ha parado en su búsqueda.

Pero este documental busca mostrar su sentir y pensar más íntimo, por casi 40 años.

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