Al menos cuatro atentados ocurrieron hoy en Bagdad y sus alrededores, incluido la explosión de un camión bomba perpetrada por el yihadista Estado Islámico (EI), dejando un saldo de 15 muertos y unos 40 heridos, informaron fuentes policiales iraquíes.
Un atacante suicida detonó un camión cargado de explosivos que conducía en un cuartel del Ejército iraquí en la aldea de Mikeshifa, en Samarra, en la provincia de Saladino y a unos 95 kilómetros al norte de Bagdad.
Nueve soldados iraquíes y milicianos chiítas aliados con el gobierno murieron y 22 resultaron heridos en ese atentado perpetrado por el EI.
La explosión, que también causó grandes destrozos, fue seguida de un bombardeo con proyectiles de mortero contra el mismo cuartel y de cruentos combates entre las tropas iraquíes y los yihadistas.
Poco antes, una bomba estalló en un mercado al aire libre en Madain, justo al sur de Bagdad, matando a tres personas e hiriendo a cinco, mientras otro artefacto explotó en una calle de tiendas en el sur de Bagdad, causando dos muertos y siete heridos.
Además, la explosión de otra bomba se produjo en una vía al paso de una patrulla del ejército iraquí en Abu Ghraib, al oeste de Bagdad, matando a un soldado e hiriendo a seis.
Estos atentados se producen un día después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, se reuniera en Bagdad con autoridades iraquíes para coordinar la lucha contra el EI.
Estados Unidos encabeza desde septiembre pasado la coalición internacional, integrada por más de 60 países, para combatir al EI, que a finales de junio proclamó un califato islámico en las zonas bajo su control en Irak y Siria.
Desde entonces, al menos 727 peshmergas, combatientes kurdos iraquíes, murieron y más de tres mil 500 resultaron heridos en enfrentamientos contra el grupo yihadista, informó este miércoles el gobierno de la región autónoma del Kurdistán iraquí.
Por su parte, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Irak (UNAMI, por sus siglas en inglés) cifró en unos dos millones los desplazados en el país desde principios de 2014, de los cuales casi la mitad se encuentra en la región del Kurdistán de Irak.
El resto se ha desplazado a otras zonas de Irak debido a la violencia en las provincias de Anbar, Nínive, Diyala y Saladino.