Resulta evidente que la nueva ley de telecomunicaciones traerá beneficios importantes para los usuarios mexicanos, sin embargo no estamos seguros si romperá los oligopolios en este sector y tampoco si promoverá una sana competencia.
Las leyes secundarias que esta semana fueron promulgadas por el gobierno de Enrique Peña Nieto, se demoraron seis meses en ser aprobadas en el congreso ante la feroz lucha desatada entre el grupo Carso de Carlos Slim y Televisa de Emilio Azcárraga.
Imposible saber a ciencia cierta las concesiones que gobierno y partidos otorgaron por debajo de la mesa a cada unos de estos actores principales para delimitar sus imperios y sacar adelante una ley que era imprescindible para modernizar un sector rezagado por años.
Los beneficios más relevantes para los ciudadanos serán los siguientes: cobrar tarifa local a las largas distancias a partir de 2015, portabilidad gratuita del número telefónico, la bonificación de las fallas en el servicio y consulta gratuita del saldo en telefonía celular de pre-pago.
En lo general la reforma beneficiará a la economía al promover la inversión de nuevos actores al sector telecomunicaciones al tiempo que se elevarán las multas para las empresas que violen la legislación.
Para aprobar las leyes secundarias se revivió el añejo matrimonio entre el PRI y el PAN que en meses pasados cayó en una crisis profunda y que amenazaba con terminar en un divorcio definitivo. Al final los intereses entre ambos bandos se impusieron.
El PRD y los partidos de izquierda se unieron en contra de las reformas lo que obligó al binomio PRI-PAN a promover una campaña intensa para convencer a la opinión pública que sus diputados se sacrificaron por México para votar leyes secundarias patrióticas y visionarias.
Bueno eso es lo que han insistido en señalar. El diputado panista José González Morfín sostuvo ayer que "las nuevas leyes representan una oportunidad extraordinaria para que este sector avance con paso firme hacia el futuro".
Pero no estamos muy seguros de ello por varias señales que no parecen del todo claras.
Una de ellas es el anuncio de que América Móvil, el emporio de celulares de Slim, se desinvertirá de activos para eludir la preponderancia y acceder a la convergencia.
Esto significa que la empresa telefónica podrá acceder a la televisión para poder ofrecer el llamado triple play: Internet, telefonía y televisión.
De ahí que la noticia de América Móvil provocó el disparo de su acción en el mercado bursátil.
En Estados Unidos el monopolio telefónico de AT&T fue disuelto en enero de 1982 mediante la creación de siete compañías regionales que fueron conocidas como las "Baby Bells".
Esta acción derivada de una demanda de antimonopolio no destruyó a AT&T que se mantiene como una compañía líder en su país, pero promovió la creación de muchas nuevas empresas que hoy proporcionan tanto servicios de telefonía como de televisión, Internet y cable.
En México la ley optó por limitar la preponderancia por sector lo que limitará el control de Carso en telefonía celular, pero no ocurrirá lo mismo en la telefonía fija.
Lo que parece venir son dos fuertes oligopolios con Televisa y Carso, quienes en poco tiempo habrán de controlar la televisión abierta, la televisión por cable, además de la telefonía celular y el servicio de Internet.
No está del todo mal que ambos gigantes mexicanos compitan abiertamente para beneficio de los consumidores, siempre y cuando estén regulados y vigilados por la autoridad competente.
Pero hay riesgos, el primero es repetir lo que sucede con otros oligopolios y monopolios mexicanos como la televisión, gasolinas, cemento, telefonía y quien sabe cuántos más en donde los jugadores preponderantes han hecho de las suyas a lo largo del tiempo.
El segundo riesgo es que el capital extranjero entre con fuerza y barra en cuestión de años a las empresas mexicanas como ocurrió de manera lamentable con los bancos en los años noventa.
No parece ser un escenario factible dada la posición de Televisa y del grupo Carso, pero tampoco es imposible si recordamos que no solo los bancos que operan en México son en su mayoría de capital extranjero. También la cerveza cayó en manos foráneas a pesar de la solidez que mantuvieron las empresas Cuauhtémoc-Moctezuma y Modelo.
El tiempo dirá finalmente si esta Reforma de Telecomunicaciones será para bien del país.
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