El acto tuvo lugar en el Patio de San Dámaso de la Ciudad del Vaticano, en donde el sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Giovanni Angelo Becciu representó al Papa Francisco. (EFE)
Treinta nuevos reclutas de la Guardia Suiza prestaron hoy juramento ante cardenales, obispos, miembros de la curia, representantes diplomáticos de la Santa Sede, del ejército helvético y de familiares y amigos.
El acto tuvo lugar en el Patio de San Dámaso de la Ciudad del Vaticano, en donde el sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Giovanni Angelo Becciu representó al Papa Francisco.
“Se respira un aire de fiesta. El resonar de voces y música, los colores de los uniformes, de las banderas, y la presencia de tantos invitados demuestra que estamos viviendo un momento importante”, dijo el prelado.
“Han pasado 508 años de la fundación de este meritorio Cuerpo de Guardia y el hecho de que Suiza no cese de enviar jóvenes deseosos de formar parte del servicio del Papa es motivo de ferviente agradecimiento a Dios”, añadió.
En el discurso, Becciu animó a los nuevos reclutas a invocar con afecto y devoción a los dos nuevos santos, San Juan Pablo II y San Juan XXIII.
“Pidanles que les ayuden a cumplir vuestras obligaciones de la mejor manera”. Además, recordó que “estamos en el mes de mayo, mes de María, por lo que el inicio de vuestro servicio está bajo la especial protección de María Santísima”.
En la ceremonia, la delegación del gobierno cantonal de Svitto estaba encabezada por su presidente Walter Stahlin, y contó con la presencia del nuevo embajador suizo ante la Santa Sede Pierre-Yves Fux.
Por la tarde, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, tenía programado celebrar una eucaristía en la basílica de San Pedro acompañada por el coro “Singkreis Brunnen”.
La víspera el Papa se reunió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano con los reclutas de la Guardia Suiza Pontificia que hoy juraron bandera, a los que recordó que están llamados a dar “un testimonio cristiano, pacífico y alegre”.
Recordó que “es un día especial porque se conmemora el saqueo de Roma y el acto heroico de sus predecesores que en 1527 dieron su vida por la defensa de la Iglesia y del Papa”.
Señaló que con su peculiar servicio, los guardias suizos “están llamados a dar un testimonio cristiano, pacífico y alegre a los que vienen al Vaticano para visitar la basílica de San Pedro y para encontrarse con el Papa”.
