Sufren. Embarazadas tienen que comprar material de curación antes del parto porque en el Hospital General hay desabasto.
Mayra Casas comenzó con los dolores de parto el miércoles por la tarde, por lo que se dirigió al Hospital General de Matamoros, de donde es originaria. En el lugar le dijeron que no había ginecólogo y la enviaron al Hospital de Torreón, en donde fue recibida con la sala llena y sin material.
La joven de 19 años llegó acompañada por su madre Blanca Adame. Lo primero que le dijeron es que no había lugar, ni material, por lo que les dieron una lista para que lo consiguieran. Mayra es ama de casa y no es casada. Su madre trabaja en el campo, pues ambas son originarias del ejido Santo Tomás de Matamoros. Los recursos con los que cuentan son limitados y las mujeres se confiaron con que el Seguro Popular cubriría los gastos del parto, pero no esperaban que el Hospital careciera de material de curación.
"Cuando entró les llevé lo que me pidieron, pero a las tres de la mañana una enfermera salió corriendo para pedirme urgentemente una inyección de 300 pesos, yo ya no la completé y me puse muy nerviosa porque no sabía qué le pasaría a mi hija si no la entregaba", cuenta la madre. Adentro el panorama no era más alentador. La sala de maternidad estaba al límite junto con el área de Toco. Mayra cuenta que no había sábanas y algunas mujeres tampoco alcanzaron batas.
"Yo vi a dos niños desnudos porque no teníamos sábanas ni batas, unas se tapaban con lo que podían en Toco y cuando nos llevaron a maternidad tampoco había cobijas, pero ahí estaba la ropa que llevamos y cobijamos a los niños", relató.
Carmen Rosas y Mireya Lugo coincidieron con el relato de Mayra, pues también les tocó vivirlo. Ambas dieron a luz a dos niñas que nacieron en medio de severas carencias que enfrenta el Hospital.
