Hoy más que nunca es fundamental que pongamos una especial atención a lo que ven nuestros hijos, el contenido disponible a través de la televisión y los medios digitales carece de censura y se encuentra las 24 horas del día a la distancia de un click.
Niños pequeños como mi hijo de apenas 4 años ya manipulan a la perfección un iPad y sin saber escribir le piden a Siri que les encuentre un video sobre los hombres X o alguna caricatura. El riesgo es gigante, ya que la ausencia de supervisión puede repercutir en contenidos no aptos para ellos que pueden pervertir su concepción sobre temas que naturalmente irán descubriendo a través de la vida con el apoyo de los padres como la madurez, la sexualidad, su postura ante la violencia, la discriminación, la religión, la política y un largo etcétera.
Las etapas en la formación de una persona desde pequeña son, además de necesarias, aleccionadoras, ya que registrarán en nuestra memoria la constante de prueba y error y las consecuencias de nuestros actos.
Como generación hemos sido irresponsables ante este proceso y hemos dejado en manos de la tv, de nuestros padres (cuyo rol es de abuelos y no de padres postizos) o de la ayuda de una persona que auxilia en las labores del hogar la necesaria compañía que guía con protección y cuidado el desarrollo de nuestros hijos.
Nuestra generación disfruta de las victorias de generaciones pasadas producto de luchas ideales y materiales muchas veces terminadas con violencia, vivimos en una era de no censura, de libertad de expresión, de no discriminación, tolerancia y diversidad, pero nuestra ausencia en el rol de padres está turnando esas libertades en libertinaje para la siguiente generación, hemos sido no sólo ausentes, sino irresponsables.
Considero que ser buen padre no es tomarse una selfie en domingo, es mucho más que eso, es estar y arropar, es caminar junto a ellos y decidir levantarlos con urgencia en su caída o tomar la decisión de que aprendan a levantarse solos, es tomar decisiones que tendrán impacto en sus vidas y es también ser firmes, es permitirles probar y equivocarse y es decidir no ser amigos, sino guías y modelos sin imponer la propia agenda y los sueños y anhelos personales a nuestros hijos.
Hablando de nuestros rol de padres, nuestra responsabilidad y este tiempo deseo felicitar de manera adelantada al escritor Rodrigo Pámanes por la presentación de su libro "Poemas para niños que se portan mal" el próximo sábado 23 de agosto a las 6 de la tarde en el Museo Arocena.
Rodrigo, te deseo todo el éxito del mundo y muy pronto espero poder verte para que le dediques el libro a mis hijos.
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