Salvo algún tropiezo de último minuto, en los próximos días, horas quizá, México firmará con Panamá el que sería su Tratado de Libre Comercio número 15, con alcance a 47 países, tras agotarse la quinta ronda de negociaciones en el marco de la visita del presidente Ricardo Martinelli.
En el papel el principal objetivo de la nación centroamericana es ubicar una vía para adherirse a la Alianza del Pacífico en que se ubican México, Perú, Chile y Colombia.Lo curioso del caso es que, a diferencia de otros acuerdos mercantiles, esta vez el sector privado mexicano ha dejado correr sin problemas las mesas de negociación, lo que permitió agilizar los acuerdos.
La razón aparente es que Panamá, cuyo mayor potencial la constituye su canal interoceánico, no representa peligro alguno para la planta industrial o la producción agropecuaria.
Según la Secretaría de Economía, nuestro país tiene un asfixiante superávit en la balanza comercial con la nación centroamericana.
Estamos hablando de mil 46 millones de dólares, con la novedad de que el intercambio alcanzó el año pasado mil 64… lo que implicó que México importó sólo ¡28 millones de dólares! Sin embargo, el panorama era idéntico cuando el país firmó un TLC con Costa Rica, con la sorpresa de que ahora la relación es deficitaria para la causa nacional.
Las apuestas hablaban de una nación débil con una planta productiva casi simbólica, por más que con una producción agrícola de alta calidad, justo donde se coló la ofensiva.
A la firma del acuerdo mercantil, en 2001, nuestro país tenía un superávit entre exportaciones e importaciones de 137 millones de dólares… que al año pasado se convirtió en déficit con un monto de dos mil 198 millones de dólares.
En las cuentas a partir de 1999, México acumula un desbalance entre lo que vendió y lo que compró de siete mil 821 millones de dólares.
Costa Rica se ha beneficiado de infinidad de "cupos", es decir posibilidad de exportar sin arancel alguno al calce, para equilibrar el precio interno del azúcar.
En el error de cálculo, o si lo prefiere la falta de estrategia del país para aprovechar las vías de comercio sin restricciones, hete aquí que de 1999 al año pasado México pasó de mantener un déficit en la balanza comercial con 26 países con quienes ha firmado TLC, a 32.
Si antes del acuerdo manteníamos un desequilibrio favorable a la causa, las contrapartes supieron darle la vuelta. En el plano total, es decir con o sin TLC, si en 1993 México registraba déficit con 103 países, el año pasado llegamos a 134.
El desequilibrio acumulado pasó de 11 mil 204 millones de dólares a 131 mil 272.
De no ser por el superávit que se ha mantenido en la relación mercantil con Estados Unidos, el saldo de la balanza comercial del país sería catastrófico.
Aunque en 2001 el lenguaraz presidente Vicente Fox presumía de que el país se había convertido en la novena potencia exportadora del planeta, la "estrategia" impulsada por el Gobierno es la de importar para exportar, añadiéndose en la ruta un apenas perceptible valor agregado. En la desesperación por el cambio de ruta, en el marco de la Reforma Fiscal se decidió acotar el beneficio que representaban para las empresas maquiladoras los llamados programas Pitex, es decir importación para la exportación.
En el marco, la importación temporal de insumos provenientes de países ajenos a acuerdos mercantiles con el nuestro no causaba impuestos de importación… con la novedad de que algunos de ellos se introducían al mercado interno en competencia desleal.
Con Panamá, pues, México aumenta su colección en TLC sin una ruta que le permita aprovechar los beneficios de la caída de aranceles, y sin una mínima protección frente a la posibilidad de que países del Extremo Oriente utilicen la opción del canal de la nación centroamericana para simular exportaciones procedentes del país centroamericano.
Panamá, como el sureste del México, tiene una planta industrial raquítica, justo por la posibilidad de adquirir productos elaborados en sus propios muelles.
Crece la colección.
Calificado por los analistas como misión imposible el alcanzar la posibilidad de un crecimiento económico del país del 3.9 por ciento estimado por la Secretaría de Hacienda ante la virulencia del escenario fiscal, la Concamín está planteando una serie de medidas para sortear el marasmo.
La primera habla de acelerar el ejercicio del presupuesto de inversión en obra pública, cuyo monto prometido alcanzaría 845 mil millones de pesos.
Además, se reclama que las entidades federativas hagan lo propio, acelerando las licitaciones públicas.
En paralelo, se pide aprovechar la reserva de mercado del país a favor de las pequeñas y medianas empresas; en la misma ruta se urge a activar las acciones de factoraje de la banca de desarrollo, para garantizarles capital de trabajo.
De pasadita, la cúpula industrial encabezada por Francisco Funtanet pide una mayor defensa del mercado interno ante los embates del comercio desleal derivado de la piratería, el contrabando, la subfacturación, la falsificación de certificados de origen, especialmente en los sectores más sensibles, es decir textil, confección, calzado, juguetes, herramientas…
JUGADA DE LAS TRES T
La apuesta de las tres empresas de telecomunicaciones calificadas como preponderantes en sus respectivos mercados, es decir Televisa, Teléfonos de México y Telcel, de cara a sus solicitudes de amparo frente al estigma que las coloca ante la guillotina, es aprovechar un error de cálculo del Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Este se aceleró en hacer las declaratorias en la fecha prevista por la reforma constitucional en la materia, a soslayo del desfase del proceso, es decir la ausencia de leyes secundarias.
El alegato de las firmas ante el juez, en afán de evitar una regulación asimétrica, es, justo, el vacío jurídico.
La paradoja del caso es que si el juez les diera la razón y el Ifetel se viera obligado a repetir el procedimiento ya con leyes secundarias aprobabas, éstas prevén la posibilidad de suspensión del acto reclamado, en contrario de lo que planteaba la reforma al artículo 28 de la Constitución.
Dicho con todas las letras, en un nuevo amparo las firmas de las tres T podrán aplazar la llegada de las sanciones hasta agotarse el juicio correspondiente.
La alternativa se prevé cuando se les impongan a las empresas del ramo multas o la desincorporación de activos.
¿MORDAZA AL COLUMNISTA?
No es con una demanda por supuesto daño moral ordenada desde su exilio dorado en Vancouver, Canadá -condominio al calce de 1.8 millones de dólares, adquirido a nombre de su esposa, Oralia Casso-, como el líder minero Napoleón Gómez Urrutia va a inhibir al columnista para dejar de publicar las denuncias de los trabajadores del ramo por su enriquecimiento inexplicable.
La carambola, con pretensión de mordaza, alcanza a otros comunicadores y de pasadita a empresarios del tamaño de un Alberto Bailleres, presidente del Grupo Peñoles.
Apoyado por Manuel Cadena, un alto funcionario de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de origen cetemista, Gómez Urrutia plantea regresar a México vía la obtención de un amparo de cara a una acusación por supuesto desvió de parte en un fondo de 55 millones de dólares que el Grupo México entregó para prorratearse entre los trabajadores.
La pretensión de Gómez Urrutia es formar un partido político que se denominaría Cambio Democrático Nacional, es decir Cadena.
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