Polémica. El papa Francisco ha destituido al obispo de la localidad paraguaya de Ciudad del Este Rogelio Livieres. (AP)
El papa Francisco separó ayer jueves de su cargo al obispo conservador de una diócesis paraguaya que se enfrentó con sus colegas del episcopado y protegió a un sacerdote acusado de abusos sexuales, una medida cuya severidad pone de relieve la profunda transformación ideológica iniciada por el pontífice.
El Vaticano dijo que Francisco tomó la decisión "onerosa" de destituir a monseñor Rogelio Ricardo Livieres Plano, obispo de Ciudad del Este, en aras de la unidad del episcopado paraguayo. Livieres, de 69 años y miembro del Opus Dei, fue colocado al frente de la diócesis de Ciudad del Este en 2004 e inmediatamente provocó el disgusto del ala más progresista del episcopado al inaugurar su propio seminario.
También provocó la ira de los defensores de las víctimas de abusos sexuales al acoger y promover a un cura tradicionalista argentino cuyo antiguo superior en EU consideraba una "amenaza grave para los jóvenes". Livieres destituyó al cura Carlos Urrutigoity como su segundo en la diócesis después de que el Vaticano anunció que enviaría a un investigador, pero lo mantuvo en actividad.
Se recibió una copia de la carta que ayer jueves el prelado destituido envió al cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, haciendo fuertes críticas por no haber tenido oportunidad de defenderse. "El anuncio público por parte del Nuncio en Asunción de mi relevo antes de que yo sea notificado por escrito del decreto es una irregularidad más en este anómalo proceso", se quejó.
"A pesar de tanto discurso sobre diálogo, misericordia, apertura, descentralización y respeto por la autoridad de las iglesias locales, tampoco he tenido oportunidad de hablar con el Papa Francisco, ni siquiera para aclararle alguna duda o preocupación", criticó el prelado.