En artículos anteriores se ha destacado la importancia de las aguas residuales como un recurso valioso que debe aprovecharse. Si bien en la región existe un potencial de reuso de las aguas residuales, es necesario evaluar este mercado para definir las áreas actuales y futuras de demanda a partir de la ubicación de las plantas de tratamiento.
En las décadas de los ochenta y noventa se hicieron varios estudios detallados para determinar la ubicación y la tecnología apropiada para tratar las aguas residuales de la ciudad de Torreón, analizando diversas alternativas.
El objetivo principal de la planta de tratamiento de Torreón fue el saneamiento, dado que la mayor parte de las aguas residuales se descargaba al suelo al oriente de la ciudad, creando un foco de infección y la generación de olores desagradables en las colonias y fraccionamientos que se estaban desarrollando en esa zona. Adicionalmente, las aguas residuales sin tratar se estaban reutilizando para el riego de cultivos sin ningún control.
Durante el desarrollo de los estudios se concluyó que el mejor método de tratamiento era el de lagunas de estabilización. De acuerdo a los avances en la tecnología, el método seleccionado en aquel entonces sigue siendo válido en la actualidad, considerando los costos, el uso al que se destina el agua y su operación relativamente sencilla.
En dichos estudios, las estimaciones de los costos de construcción y operación resultaron ser mucho mayores para los lodos activados (3 veces más) que para las lagunas de estabilización. Si bien con lodos activados se puede obtener una mejor calidad de agua, el potencial de reuso en la industria era mínimo, lo cual no justificaba tratar todo el caudal con una mejor calidad a un mayor costo, para luego reusarse la mayor parte en la agricultura, sector que no podría pagar dicho costo y el cual se tendría que repercutir a los usuarios del agua potable del Simas Torreón.
Por lo tanto, la selección del tipo de tecnología de lagunas de estabilización fue acertada, pero se falló en la selección del esquema de financiamiento por concesión (construcción y operación) recomendado por Banobras, que resultó muy oneroso para el Simas Torreón por el pago de los servicios financieros (capital más intereses) a largo plazo.
Es importante mencionar que el sistema actual de tratamiento es del tipo biológico y opera con base al desarrollo de microorganismos, principalmente del plancton en la parte final de las lagunas, por lo que el agua tratada contiene sólidos suspendidos en su efluente que son objetables para el reuso industrial, aunque este tipo de agua es apta para su reuso en la agricultura como acondicionador de suelos por su alto contenido de nutrientes y materia orgánica biodegradable.
La planta cuenta con instalaciones adicionales para depurar una parte del agua y hacerla apta para el suministro y venta a la industria, con capacidad para cubrir la demanda de las empresas que se localizan cercanas a la planta. En la medida en que se incremente el volumen comercializado del agua así depurada, se podrá ampliar la capacidad de dichas instalaciones para el pulimento del agua.
La planta actual de lagunas de estabilización es una infraestructura con la que ya se cuenta y que debe ser aprovechada mejor realizando acciones de bajo costo para la adecuación de su operación
