A diferencia de otras regiones del país, donde las zonas industriales tienen ramos fabriles de alto consumo de agua, como son la petroquímica, papelera, química y otras, en la Comarca Lagunera las empresas instaladas son relativamente de bajo consumo, sin embargo, algunas personas tienen la percepción de que las industrias locales tienen una alta demanda de agua.
Según el censo económico de INEGI en 2009, en la Comarca hay más de 3, 000 unidades manufactureras de todo tipo, de éstas existen menos de mil establecimientos en las zonas industriales con mayores consumos de agua.
Se estima que dichas industrias requieren de un volumen anual de agua de 30 millones de metros cúbicos (Mm3), que equivale al 18% del consumo total doméstico, comercial, industrial y de servicios públicos de 170 Mm3.
Algunas industrias se abastecen con pozos propios y otras reciben el suministro de agua de los sistemas municipales. Algunas sólo utilizan agua potable para las oficinas y baños, destacando Peñoles que para todos sus procesos trata y reutiliza las aguas residuales municipales. También es importante mencionar que algunas industrias cuentan con plantas de tratamiento para reutilizar las aguas residuales en el riego de áreas verdes.
Si bien no todas las industrias pueden reutilizar el agua tratada en sus procesos, existe un potencial de ahorro de agua mediante su uso eficiente y donde sea viable se deben aprovechar las aguas residuales para sustituir el uso de agua potable en algunos de sus procesos.
Las plantas municipales de tratamiento de aguas residuales en la región tienen capacidad para tratar 80 Mm3/año, que representa poco más del 80% de las aguas residuales producidas. De las cifras anteriores se observa que la disponibilidad de agua tratada es mucho mayor que la demanda de agua de la industria, sin embargo, para abastecer a los núcleos industriales con agua tratada se requiere, además de un esfuerzo de comercialización, la construcción de las conducciones necesarias para la entrega a los posibles usuarios.
Las tarifas actuales por consumo de agua que paga el sector industrial son elevadas comparadas con los costos de las aguas residuales tratadas, lo que justifica el esfuerzo de comercialización de los organismos operadores de agua y las inversiones necesarias para poner el recurso al alcance de los usuarios potenciales, quienes también tendrían un beneficio en los costos del agua.
Adicionalmente a las aplicaciones industriales, las aguas residuales también se pueden destinar al riego para la agricultura y áreas verdes de parques públicos y campos deportivos.
La sustitución de agua potable por agua residual tratada contribuye a la reducción del consumo de agua subterránea, que en conjunto con los proyectos que están en proceso, como son la tecnificación de los sistemas de riego agrícolas y el control de fugas en redes urbanas de distribución de agua, contribuirán a alcanzar el equilibrio del acuífero Principal.