Se recomienda acudir al oculista-oftalmólogo independientemente de la mala visión para identificar si se necesita corrección, independientemente de que se le receten lentes o no. (ARCHIVO)
Graves problemas desencadena el uso de lentes sin la supervisión de un especialista por lo que se recomienda a la población acudir al oculista-oftalmólogo, ya que en muchos casos la debilidad visual está asociada a padecimientos crónicos que son desconocidos por el paciente, pues en el país existen alrededor de 500 mil personas que viven con deficiencia visual, cuya incidencia se encuentra en menores de edad de entre 10 y 14 años, así como personas de 50 y más.
La deficiencia visual es la disminución de la visión a una décima parte de lo normal, es decir el individuo no alcanza a ver sus dedos de la mano con el brazo extendido ni las letras de la cartilla para el examen de la vista o cualquier objeto a tres metros de distancia.
La recomendación se hace, ya que entre la población se considera normal que a mayor edad baja la visión por el exceso de uso, supuesto equivocado ya que el avance de la edad no es proporcional a la pérdida de la vista, debiéndose en ocasiones a causas genéticas o hereditarias.
Un estudio del Hospital Juárez de México reveló que antes de los 15 años la causa más frecuente de deficiencia visual que no mejora con lentes, son los traumatismos o las heridas en el ojo; mientras que de los 15 a los 60 años el principal problema es la catarata, la retinopatía diabética y el glaucoma, y después de los 60 años de edad, la debilidad visual es causada por la catarata, seguida del glaucoma y en tercer lugar la retinopatía diabética.
Dicha investigación asegura que es común que la gente asocie la miopía alta al trabajo cercano, a ver la televisión y al uso de la computadora, aunque ello sí provoca que se agraven deficiencias en la película lagrimal, lo cual puede llevar a una visión borrosa; lágrima, explicó, es un lente natural y el hecho de que dure menos o se evapore con mayor rapidez, es la causa de una visión borrosa.
El estudio del Hospital Juárez de México recomienda que a partir de los 36 años de edad se tome la presión del ojo, al menos una vez al año, y sea revisado el fondo en prevención del Glaucoma; mientras que para los pacientes diabéticos, desde el momento en que saben de su padecimiento deberán revisar el fondo de ojo pero con la pupila dilatada para identificar oportunamente si existe alguna alteración que se conoce como retinopatía diabética.
Sugiere el estudio acudir al oculista-oftalmólogo independientemente de la mala visión para identificar si se necesita corrección, independientemente de que se le receten lentes o no.
Por ello, se recomienda en la infancia tener cuidado con el desarrollo de la visión, ya que desde el primer año de vida se puede presentar desviación ocular en uno o ambos ojos; si notamos que el niño no ve bien de lejos, es probable que necesite lentes, sobre todo si sus padres los usan, pero debe ser revisado por un oculista-oftalmólogo, ya que el niño debe explorarse bajo condiciones muy especiales que sólo el médico puede hacer, de lo contrario, puede desarrollar ambliopía, es decir, baja de visión irreversible y que ningún tratamiento futuro podrá corregirlo.
En caso de infecciones, son comunes cuando se asocian a la obstrucción del saco lagrimal en las primeras semanas de vida, así como por la costumbre de tocarse los ojos con las manos sucias; mientras que en la adolescencia es común encontrar miopía, que es la visión lejana deficiente, y se notará conforme mayor sea, Asimismo, si se tiene astigmatismo se notará por el dolor de ojos y cansancio fácil.
Para los mayores de 45 años es altamente necesaria la revisión de los antecedentes familiares como hipertensión arterial, diabetes mellitus o glaucoma, y revisarse con el oculista-oftalmólogo, ya que los ojos normalmente tienen un campo de visión suficiente para percibir objetos a los lados y defendernos de ellos.
Si notamos alteraciones en el campo de visión, debe sospecharse glaucoma, una enfermedad común y que no produce dolor ni enrojecimiento, pero que lentamente va dejando sin campo visual al paciente, llegando a la ceguera irreversible.
Por lo anterior, se reitera el llamado para acudir periódicamente a revisión, y sobre todo desterrar la costumbre de acudir al médico sólo para la graduación de lentes pues de este modo evitaremos daños irreversibles de la visión.
