Hasta el año 2012 Organismos Internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial colocaban a estas dos economías como modelos de desarrollo económico estables, en momentos en que el colapso de la economía mundial se hacía presente por las secuelas de la crisis de 2008, generada en los Estados Unidos; pasado el boom de las economías asiáticas, en el Caso de Corea del Sur, su éxito podemos encontrarlo en el giro que le dio a la Inversión Extranjera el Gobierno de ese país.
La inversión se vio como un proceso continuo de crecimiento a través de la sustitución de importaciones, la cual se dividió en función de sus objetivos o ventaja comparativa. Cabe destacar que en estos términos a diferencia de otros países la llegada de capitales a Corea se destacó por la necesidad urgente de adquirir una fuente segura de materias primas adecuada a su estructura básica de producción industrial.
La escasez de recursos naturales, aunado a su pobre crecimiento en el sector agrícola llevó a Corea a depender totalmente de las importaciones de materias primas, vitales para comenzar con su crecimiento industrial. Con este propósito las medidas que tomó el Gobierno Coreano respecto a la promoción de operaciones internacionales fueron similares a las que adoptó el Gobierno de Singapur.
Se implementaron leyes que fueron diseñadas con el fín de atraer inversión privada extranjera. Entre las más importantes estaban las siguientes: la exención del pago de impuestos sobre ganancias por 5 años, importación libre de impuestos de bienes de capital y materiales para la producción de bienes de importación y la inexistencia de restricciones tanto en el porcentaje de participación del capital extranjero en la empresa, como en el monto de ganancias repatriadas.
Con los buenos resultados de estas estrategias, la Política Económica de Corea se enfocó hacia el fortalecimiento de la Industria de Bienes de Capital así como una mayor creación de tecnología local, en la década de los noventa, el Primer Ministro de Finanzas, Seuna Yung Li, expresaría: "Estamos cansados de vender zapatos y comprar fábricas."
El esquema actual de Desarrollo al que respalda la Organización de las Naciones Unidas es producto de los aciertos en el manejo de su política interna, fueron dos las funciones básicas que llevaron a este país a experimentar cambios importantes. Primero: la maduración de la capacidad empresarial durante el proceso de crecimiento y Segundo: la política gubernamental dirigida hacia la producción para exportar.
En el caso de Singapur, con características similares en sus condiciones socioeconómicas, ha mostrado similitudes en cuanto a sus indicadores macroeconómicos su política de comercio exterior se caracterizó por su liberalidad, Singapur siguió lineamientos basados en el fortalecimiento del sector externo.
Una de las variables a las que más ha recurrido la economía de Singapur es el Ahorro Nacional así como el incremento de crédito debido al logro de una mayor capacidad industrial, a ello se agregan los objetivos fijados para medir la eficacia del rumbo económico.
1.- Las modificaciones a la planta industrial y la experiencia para abastecer mercados cada vez más exigentes.
2.- Las innovaciones para reducir el contenido importado de los productos.
3.- La adaptación de los productos al medio ambiente.
4.-La reducción de costos.
5.-La familiaridad con las condiciones políticas e institucionales.
De estas economías se tiene mucho que aprender, sus decisiones no siempre han sido entendidas por países europeos y occidentales, pero ahí están sus resultados, examinando los datos recientes nos damos cuenta que sus gobiernos han optado por el camino de las ventajas en las Inversiones Extranjeras, su horizonte no se pierde en etiquetismos de confrontación sino que su situación se configura como un auténtico motor de desarrollo.
