Gandhi replantea en estos días ante una política exterior norteamericana injusta, el mensaje moral de sus ideales: Gandhi quería la superación del hombre que se santifica en la plena aceptación de la defensa de sus ideales a través de la no violencia aún en los casos extremos que debe padecer injusticia y represión incluso la muerte. Otro personaje, Fidel Castro quería el vértigo de un hombre que no ceja nunca en su voluntad transformadora, que nunca dice basta al afán revolucionario, que no se doblega frente al enemigo por poderoso que sea, al fin el poder político limitó esas pretensiones, no hubo tantos santos como quería Gandhi ni tantos revolucionarios como pretendía Castro, es imposible por otra parte no notar una coincidencia intrínseca entre la no violencia y la revolución, si aplicamos este paralelismo al consejo de Kant propuesto como máximo criterio de la vida moral: "obra de tal modo que tu acción pueda convertirse en norma universal" , el mundo que surge del principio gandhiano es un mundo de dignidad, de amor y libertad, el mundo que surge de la revolución es un mundo en llamas, pero es también una encarnación viviente de un estilo de ser y de pensar, que triunfó mientras tenía circunstancias a favor, reflexionaba Maquiavelo :que siendo el estilo de los hombres constante, pero las circunstancias cambiantes, cuando las circunstancias coinciden con el estilo, dan el triunfo y cuando se revierten, conducen al fracaso.
Estas reflexiones surgen a raíz del Informe 2014 presentado por Cuba y difundido por el vicecanciller Abelardo Moreno sobre la necesidad de poner fin al bloqueo cubano impuesto desde 1960, bloqueo que se mantiene en su totalidad y que afecta en grandes proporciones la economía de la isla. Desde 2009 Washington ha multado con 2,600 millones de dólares a empresas que tienen vínculos con Cuba, el gobierno de Fidel Castro representó siempre una seria amenaza para los Estados Unidos, desde luego que la discusión sobre la política exterior norteamericana hacia América Latina es controvertible, la realidad es compleja frente a lo cual es difícil no incurrir en errores de apreciación.
Los datos proporcionados por Cuba arrojan una pérdida de 116 millones de dólares así como sus efectos en el sector salud, que impacta en los niños que son el blanco de las limitaciones señala el vicecanciller. Por ejemplo: el no poder utilizar medicamentos de última generación para tratamiento de enfermedades en infantes, el bloqueo dice ya es insostenible, esta circunstancia fue impuesta por el presidente Eisenhower y después mantenida por el presidente John F. Kennedy, quien había dado muestras de apoyar a América Latina, Kennedy no solamente describió el problema latinoamericano sino que apuntó a las soluciones: un programa para un mejor uso de la tierra. Educación, salubridad y vivienda, existe la necesidad inmediata de una producción agrícola más alta y más diversificada, de una mejor distribución de la riqueza y del ingreso y de compartir más ampliamente el progreso y el desarrollo. (Sweezy 1969), el Gobierno Norteamericano inició el Programa de Alianza para el Progreso.
En realidad el problema fue ideológico, varios países adoptaron el socialismo presionados por la pobreza, la marginación, el analfabetismo, la desesperanza y la nula inversión y el empleo, Estados Unidos profundizó su presencia económica con aliados dóciles a sus designios estratégicos, pero intensificó sus presiones económicas y las llevó al extremo cuando enfrentaron su poderío uniéndose a otras potencias no consideradas favorables para los Estados Unidos, como fue el caso de Cuba.
Ya en el año 2013 el Wall Street Journal reflejó las intenciones del presidente Obama de mantener el status quo en relación a Cuba, en 22 ocasiones la Asamblea General de las Naciones Unidas se ha pronunciado contra el bloqueo, hoy en el informe 2014, nuevamente solicita el apoyo de la Comunidad Internacional, como un faro de esperanza que insiste en alumbrar en medio de la injusticia y el caos.
