Una marcha multitudinaria de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional invadió las calles de la Ciudad de México desde el Casco de Santo Tomás rumbo a la Secretaría de Gobernación la pasada semana, para entregar un pliego petitorio de 10 puntos al secretario Miguel Ángel Osorio Chong, los estudiantes se hicieron acompañar de maestros, padres de familia y organizaciones afines a su movimiento, sumándose a la solidaridad estudiantil las unidades Vallejo y Azcapotzalco del Colegio de Ciencias y Humanidades CCH de la Universidad Nacional Autónoma de México. Esta vez la presencia de los estudiantes no estuvo rodeada de desórdenes, desmanes o violencia, fue una marcha pacífica en contra de las medidas tomadas por las autoridades politécnicas como el Nuevo Reglamento y la Modificación de Planes de Estudio.
Estos hechos de la vida politécnica, demuestran que los gestores académicos no están contribuyendo al logro de los fines institucionales, todo indica que sus decisiones provocan esta catarsis, manteniendo en pugna no sólo a los estudiantes, si no a los docentes, investigadores y administrativos. El fondo mismo del problema es la imposición de un plan de estudios que vulnera los niveles de ingreso y minimiza lo académico, ir más contra la corriente fue la aprobación de un reglamento académico restrictivo que rebasa en mucho los márgenes de aprobación de estudiantes de clases sociales bajas, tal vez el apresuramiento de las autoridades se da en el marco de la Reforma Educativa que muy bien han aprovechado muchas instituciones de educación superior privadas imponiendo su visión mercadotecnista de beneficio financiero a la verdadera misión de la universidad, como forma de lacayaje, con lo cual quisieran cubrir su falta de sensibilidad frente al quehacer educativo, este modelo de instituciones en poco tiempo tendrá un vasto mar sembrado de naufragios.
Afortunadamente existen universidades que con gran talento y calidad académica no se han apartado del rumbo, sino por el contrario, son dignas de reconocimiento por la labor de sus autoridades y de sus planes y programas de estudios, así como el nivel de sus docentes. Desde 1925 las universidades mexicanas han sido fecundas en estructurar planes para señalar el rumbo que quieren seguir, algunas han sido ejemplares en estos menesteres. Sorprende que en el caso del Instituto Politécnico Nacional la gota haya derramado el vaso, una institución creada por el presidente Lázaro Cárdenas no puede desviarse de su génesis, e intentar imposiciones sin escuchar las demandas de la base estudiantil, desde el punto de vista contemporáneo se requieren estudiantes capaces de la crítica constructiva y la reflexión dimensionada, que rechacen las barreras que impiden lograr un objetivo que conduzca a un proyecto de vida en el contexto de sus estudios.
Es digno de mencionarse en este conflicto la disposición del gobierno federal, que a través del secretario de Gobernación abrió un expediente inédito en México: privilegiar el diálogo, el respeto y el compromiso frente a miles de estudiantes para tratar de encontrar soluciones a un problema que no admite manipulación.