Gral. Francisco Villa, jefe de la División del Norte, al entrar a Tacuba en diciembre de 1914. La foto la tomo del libro 'Pancho Villa', de Marte R. Gómez, de Lecturas 94 Mexicanas, Edición 1985.
RECORDANDO LA TOMA DE TORREÓN POR LA DIVISIÓN DEL NORTE QUE COMANDABA EL GENERAL FRANCISCO VILLA, EL 2 DE ABRIL DE 1914 (3 de 3 partes)
Después de los fragorosos combates para tomar Torreón, dice Guerra, "a las dos de la tarde le son presentados al General Villa 48 prisioneros procedentes de San Pedro, y hechos a las fuerzas federales, que de aquella plaza pretendían venir en auxilio de Torreón. Ordena el propio General que salgan más fuerzas para San Pedro, y que tome el mando de todas ellas el General Rosalío Hernández".
La caballería constitucionalista de la División del Norte, se enfrentó en San Pedro de las Colonias, Coah., a las fuerzas federales de Victoriano Huerta. Entre los días 7 y 8, los federales fueron abatidos por la División del Norte, y para el 13 de abril de 1914, ya los federales habían huido rumbo a Saltillo, lográndose una victoria más para las fuerzas de Villa.
PAREDÓN: Al parecer, no había descanso, pues terminaban una batalla cuando ya estaba otra en puerta. En Paredón, se habían acumulado muchas fuerzas federales para estar en defensa de Saltillo, y para principios de mayo, se encuentra en Paredón constitucionalistas contra federales. Al efecto, el General don Francisco L. Urquizo, en su libro "Páginas de la Revolución", pág. 74, dice:
"...Intempestivamente recibieron orden todas las brigadas de proceder inmediatamente a embarcar sus efectivos en los trenes dispuestos al efecto en los patios ferrocarrileros. Íbamos abatir al enemigo estacionado en Paredón, como resguardo fuerte de la plaza de Saltillo.
"La brigada de Contreras fue de las designadas para empeñarse en primer término. La mayor parte de los muertos y heridos que hubo en el combate correspondían a ella.
"Fue una carga brutal, como se acostumbraban en la División del Norte. Jinetes a rienda suelta sobre el enemigo un tanto desprevenido. Choque soberbio entre los hombres libres del norte y la gente del sur, reclutada de leva, para defender a Huerta. En vano dispararon sus fusiles, sus cañones y sus ametralladoras; fueron deshechos en media hora escasa de combate, en el transcurso de una brillante carga de la caballería constitucionalista. El enemigo que pudo escapar llegó a Saltillo y acto seguido, evacuó esta plaza, yendo a parar hasta San Luis Potosí".
En la batalla de Paredón, dice Álvaro Canales Santos en su libro "La amnistía de Pancho Villa en Sabinas", edición 2000, pag. 71, lo siguiente: "...Se perdió más de la mitad de la tropa en Paredón, además de los mil prisioneros hubo 1,500 bajas entre muertos y heridos federales. Algunos alcanzaron a huir a Saltillo para unirse a la guarnición que comandaba el General Joaquín Maas, para entonces el destacamento huertista, ya había quemado varios edificios de la capital del Estado. La batalla de Paredón se dio el 17 de mayo y la tropa de Villa ya había entrado a la ciudad para el 19, concluido este trabajo Villa podía reanudar su glorioso camino hacia la Ciudad de México...".
ROMPIMIENTO DE VILLA CON CARRANZA: Después de las batallas de Torreón, San Pedro y Paredón, Villa se dirigió a Chihuahua, donde también se encontraba Carranza. Veamos lo que dice Marte R. Gómez, en su libro: "Pancho Villa", Edic. 1985, pág. 26 y 27... Con Villa no pasó lo mismo (se refería a Obregón, Diéguez y otros), don Venustiano Carranza quiso nombrar Gobernador del Estado de Chihuahua al General Manuel Chao, que era por cierto uno de los jefes más adictos al General Villa y leal a éste hasta el final, como se puso de manifiesto en el momento de la escisión entre carrancistas y villistas, pero no por ello dejó de pensar Villa que Chao, en su carácter de Gobernador civil, le debía más obediencia a él que al Primer Jefe, y por un incidente sin mayor importancia, estando Carranza en Chihuahua, Villa trató de cortar por lo sano el obstáculo que Chao representaba, mandándolo fusilar. En circunstancias dramáticas, Chao logró comunicarse con Carranza, para hacerle saber la orden de fusilamiento que Villa había dictado en su contra y Carranza mandó llamar a cuentas a Villa...
"...La entrevista fue histórica y dramática. Carranza insistía en que se respetara la vida de Chao y su designación como Gobernador de Chihuahua; Villa objetaba, tercamente, que Chao se le había insubordinado. En determinado momento, don Venustiano Carranza puso sobre la mesa, en el despacho del carro-pullman en que la entrevista tenía lugar, la pequeña pistola que usaba, y le dijo resueltamente a Villa: "O cumple mis órdenes tal como los he dado, o uno de los dos quedamos muertos en este momento...".
Villa, el hombre que con más rapidez y mejor puntería sabía manejar una pistola, comprendió por supuesto que Carranza demostraba una gran presencia de ánimo y una resolución sin paralelo pero que, de llegar las cosas al extremo, no tenía más remedio que asesinarlo, y entonces transó. Humilde y respetuoso, Villa convino entonces en dejar sin efecto la orden de fusilamiento de Chao...".
Esa paz fue inestable, pues al siguiente mes de junio, Villa con todo el poder de la División del Norte, y contra las órdenes de Carranza, se fue a tomar Zacatecas...