República Centroafricana solicitó a la Corte Penal Internacional (CPI) una investigación oficial sobre los graves crímenes cometidos en el país y pidió una pausa en la violencia para que la población disfrute de la Copa Mundial Brasil 2014 que inicia hoy.
La decisión del gobierno centroafricano de recurrir a la CPI para que los responsables de tales crímenes sean llevados ante la justicia, es un mensaje fuerte y claro contra la impunidad, afirmó la ministra de Justicia, Isabelle Gaudeuille, en un comunicado.
La presidenta interina de la República Centroafricana, Catherine Samba-Panza, pidió a la CPI que abra una pesquisa formal sobre los crímenes de guerra y de lesa humanidad perpetrados en el país desde el 1 de agosto de 2012.
“República Centroafricana enfrenta un ciclo de violencia y represalias que parece nunca se detendrá. Desafortunadamente, nuestra determinación de seguir adelante con la tarea está muy debilitada”, sostuvo Gaudeuille al dar a conocer la solicitud.
Explicó que años de disturbios y violencia han dejado a los tribunales locales sin capacidad para llevar a cabo con eficacia las investigaciones, de acuerdo con reportes del portal de noticias Centrafrique-presse.
Aseguró que la intervención de la CPI es indispensable para llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes, que estos actos no queden impunes.
Por separado, la Fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, indicó que el gobierno interino centroafricano prometió el total apoyo del sistema de justicia del país para garantizar que los autores de esos crímenes sean detenidos y enjuiciados.
Bensouda abrió una pesquisa preliminar sobre los crímenes cometidos en esa nación entre marzo de 2013 y enero de 2014, cuando los rebeldes de la desaparecida coalición Séléka controlaban el país y sus abusos propiciaron la creación de milicias cristianas llamadas anti-Balaka.
En mayo pasado un primer equipo de la CPI llegó a Bangui, la capital de ese país, con esa misión, pero para entonces los anti-Balaka lanzaban feroces ataques contra las comunidades musulmanas en represalia por los actos de los ex-Séléka.
Una comisión investigadora formada en enero pasado por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, emitió esta semana su primer reporte en el cual señaló que ambas partes en conflicto han cometido crímenes contra la humanidad.
Este jueves, la policía informó que al menos 22 personas murieron y decenas más resultaron heridas en los enfrentamientos entre las milicias musulmanas y cristianas que se registraron en las últimas horas en la ciudad de Liwa, oriente del país.
En medio de la violencia, el primer ministro interino Andre Nzapayeke llamó a los grupos armados a hacer una pausa en el conflicto para que la población pueda disfrutar la Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014, que abre este jueves.
El torneo de fútbol y el mes sagrado musulmán Ramadán, que comienza a finales de este mes, son “una oportunidad para detener los brutales ataques que han matado a miles de centroafricanos en el último año”, sostuvo Nzapayeke en una conferencia de prensa en Bangui.
“Muchas personas han accedido a una tregua para permitir a la población y especialmente a los jóvenes, disfrutar al máximo de este evento que sólo ocurre una vez cada cuatro años. No perdamos este período de unidad en torno a un rey llamado fútbol”, añadió.