La gobernadora de Nuevo México, la republicana Susana Martínez, llamó ayer a la calma un día después de que cientos de personas tomaron las calles de Albuquerque en repudio a la brutalidad policiaca y exigieron la renuncia del jefe de Policía.
La Policía de Alburquerque respondió a la manifestación que se prolongó por diez horas ayer domingo, con bloqueo a la ruta de los manifestantes y con gases lacrimógenos. En la trifulca, un policía resultó lesionado y seis manifestantes fueron arrestados.
La manifestación, en la que participaron más de 300 personas, se dio en protesta por la muerte a balazos por parte de agentes de la Policía de Albuquerque, de James Boyd, un vagabundo de 38 años de edad, posiblemente enfermo de esquizofrenia.
Boyd fue sorprendido acampando en un sitio no autorizado en las afueras de Albuquerque. Un video en YouTube muestra cómo sin visible justificación, el hombre es abatido a balazos por un policía en el momento del arresto. La difusión del video a través de las redes sociales despertó la indignación de los residentes de Albuquerque y de otras partes del país.
La gobernadora Martínez dijo que entendía la frustración de los residentes de Albuquerque, pero les hizo un llamado a mantener la calma y permitir que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) concluya con las averiguaciones sobre la muerte de Boyd.