'Yo también soy Oribe'
Ante la desilusión de personajes que nos habían prometido la luna y las estrellas, la decreciente credibilidad de las instituciones nacionales y la falta de liderazgos auténtico en la región, saber que alguien de nosotros ha logrado niveles de éxito en el deporte más popular del mundo, nos llena de orgullo. El día de mañana en el escaparate mundial que es el campeonato mundial de futbol en Brasil, habrá un protagonista de nuestra Comarca en el tercer encuentro que sostendrá el representativo de México en esa justa internacional: El delantero nacional Oribe Peralta, ha sabido superar muchas dificultades para llegar allá. Independientemente que seamos o no aficionados a este deporte, no podremos ocultar la alegría por el éxito de este coterráneo. Sus éxitos no son recientes, habiendo participado protagónicamente en la obtención de la medalla de oro en las olimpiadas pasadas lo colocaban ya en personaje modelo. El gol que anotó contra la escuadra nacional de Camerún en este mundial lo dedicó a la Laguna, dándola a conocer en el mapa mundial.
El Santos, equipo de futbol local, es para muchos de los laguneros un signo de identidad y de unidad, de una joven región que lucha aún por conseguir una autonomía e identidad propias. Ha habido algunos personajes en este deporte que se han convertido en verdaderos héroes populares, pero es una verdadera motivación para el lagunero, el hecho de saber que un joven nacido entre nosotros y de origen humilde, ha podido superar marginaciones y limitaciones, para logra esos niveles de éxito, gracias a su esfuerzo y preparación. Este líder carismático no es político o magnate, sino alguien como nosotros, que nos ayuda a todos a descubrir nuevos valores y oportunidades y a abrir nuevas direcciones y medios de acceso, revitalizando los valores. Fue conmovedor el aplauso espontáneo, que la afición otorgó en el estadio Corona a sus jugadores en el último encuentro que, aunque perdieron (y con ello la oportunidad de pasar a la etapa siguiente de las finales del pasado campeonato), reconocieron en ellos su entrega. Descubrieron el verdadero sentido de la competición deportiva, independientemente de los resultados (que en esa ocasión no se dieron por circunstancias fortuitas). La afición abrió los ojos a valores y formas claves de sabiduría que nadie pensó que se apreciarían.
Un líder moral es capaz de abrirnos los ojos a valores no comprendidos aún; a valores marginales. El impacto de un genio moral no desdeña a la mayoría silenciosa y humilde de personas que viven diariamente valores que son desdeñados por la cultura dominante. "El hermoso" puede hacer un "golazo" metafóricamente hablando, al influir no sólo en los resultados deportivos, sino en la totalidad de la cultura regional que sufre la violencia, la impunidad, la pobreza y la corrupción y que descubre en él nuevas motivaciones. ¿Cómo puede influenciar en la cultura? Unido a las personas sencillas, para enriquecerlas con el coraje para aceptar el reto y caminar por sendas que antes no creían posible recorrer. No sabemos aún si nuestro nuevo héroe será capaz de tener esta visión y este juicio de los valores. Sería una situación altamente trágica si no lo es, pero sería aún peor el no escuchar a los auténticos profetas y santos de nuestras culturas y rechazarlas de manera ultrajante. No son raros los infames asesinatos de personajes con compromiso creador y renovador de la cultura. Personas comprometidas con la paz, la justicia y la libertad, pero sería menor esta pérdida, comparada con la negativa de tantos a actuar de acuerdo con el mensaje y testimonio de estos genios culturales. Lucha, superación, compromiso, participación, crítica, debe ser la respuesta a estos motivadores. No podemos quedarnos como meros espectadores.
La cosa más hermosa de la tierra es una conciencia sana, alerta y fiel, libre para los otros, que piense y discierna con sabiduría la escala y urgencia de los valores; es decir, que reconozca que hay valores más importantes que otros, que actúe conforme a este orden de valores y sepa promover los más necesarios para la situación rectamente analizada. No es pues cuestión sólo de patadas a un balón, sino de asumir cada quien con sentido crítico la responsabilidad de ser factor de cambio que incida en la cultura, para mejorarla.
Pensar y pensar, desde una conciencia saludable refleja la visión y experiencia de totalidad que crea relaciones saludables. Nuestra región y nuestro país necesitan urgentemente de las fuerzas que se basan en los fundamentos de una cultura verdaderamente desarrollada. Que distinga los valores auténticos, generalmente marginados por la cultura dominante. El valor que nos distinga en el concierto de las naciones no se reduce a la ola, a la máscara de luchador, o a un grito especial en el momento de despejar el portero adversario, sino en la riqueza de una cultura viva y dinámica que se sabe encontrar con otras culturas respetándolas, que sabe reconocer en ellas y en la suya propia las cosas que hay que superar e incluso sabe compartir y aprender juntos. El papel de los héroes o líderes es muy importante, pero no es suficiente si no se traduce hacia todos nosotros para hacer los cambios necesarios.
Mañana a las dos de la tarde veremos nuevamente la actuación de nuestro héroe, pero hay que ver más allá de lo que nos quieren mostrar, y descubrir aquello que se nos quiere ocultar. Cada día es mayor el número de los que tienen conciencia de que son ellos los autores y promotores de la cultura de su comunidad. Crece el sentido de autonomía y de responsabilidad en la construcción de nuestra comunidad. Cada día, a pesar de las fuerzas contrarias, siguen surgiendo personajes responsables ante la historia. Todos somos Oribe.
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