Los encuentros deportivos internacionales, como el campeonato mundial de futbol que ha estado en el escaparate de los medios de comunicación durante un mes, es una buena oportunidad para que se conozcan y convivan las diversas culturas. Hemos conocido un poco más sobre Brasil y sobre algunos de los países participantes. Geografía, lenguaje, tradiciones… incluso hemos sido presa del coraje contra todos los holandeses porque…" no era penal".
Es difícil imaginar que los papas Francisco y Benedicto, aun siendo aficionados al futbol, puedan tener una disputa viendo juntos la final del campeonato entre los equipos representativos de sus respectivos países de origen. Recuerdo bien una eliminatoria de nuestro futbol, en que perdió el equipo local contra el representativo de la UNAM; había una tensión en el ambiente contra todo lo que sonara a "pumas", pero algo cambió mi visión de lo que significan estos juegos cuando vi entrar a una ceremonia religiosa (era domingo), a una pareja que venían tomados de la mano muy cariñosamente. Uno con la camisa del Santos y otra con la camisa de Los Pumas. Comprendí entonces que hay otras cosas más importantes que el futbol. Que puede servir para unir y no para separar a las personas.
Hay muchas definiciones válidas de cultura; permítaseme compararla con una fábrica de hombres; hay tantas culturas en el mundo que construyen hombres a base de todas las estructuras que forman una sociedad: No es una fábrica de autos que tienen una producción estándar, pues cada persona recibe de la cultura a la que pertenece diversas influencias: arte, religión, educación, sistema económico, tradición, medios de comunicación. Hay muchos factores que hacen que un alemán sea diferente de otro alemán, pero hay también ciertas características que definen a un argentino y lo hacen diferente al alemán o al mexicano o al holandés, porque la fábrica tiene su "marca". En la formación de las personas.
Es también factible la diversidad en cuanto a la calidad. Por desgracia la participación en la cultura no es la misma en todos. Una prueba de democracia es el acceso de todos a la cultura; es lamentable que sólo a pocos kilómetros de nuestras ciudades de Gómez o de Lerdo se encuentre comunidades con un alto grado de marginación; hablamos de los últimos lugares a nivel nacional. No puede exigírsele lo mismo a quien no ha tenido los mismos beneficios por parte de la sociedad. El sistema liberal no toma en cuenta estas desventajas cuando proclama la competencia como la base del desarrollo. No puede haber competencia leal y justa cuando en una carrera unos salen con muchos metros de ventaja. Las estructuras e instituciones que forman a las personas deben ser accesibles a todos. Por desgracia no lo hacen y esto redunda en una baja calidad en la producción de los mexicanos. No podemos negar no sólo la deficiencia de las instituciones mexicanas (políticas, religiosas, educativas, de impartición de justicia, de distribución de la riqueza, etcétera), lo que es imperdonable es que estas deficiencias sean parte de las políticas gubernamentales o de otras instituciones para mantener el bajo nivel de formación y el "status quo". No es fácil formar un hijo con todas las desventajas que hay que superar para ello.
No podemos olvidar los grandes cambios estructurales que están formando esta nueva época y que requieren toda una reformulación de las instituciones culturales. La fábrica está cambiando y las máquinas tienen que renovarse a nivel mundial y a nivel nacional. Sin embargo, las nuevas máquinas-estructuras de las culturas tienen que ser acordes a la nueva época y no sólo adecuaciones que dejen mucho que desear.
El fenómeno de la globalización caracterizado por hacer de este mundo una gran aldea, tiene dos posibilidades: La policulturalidad o la monoculturalidad. Cada país tiene sus riquezas. Los nacionalismos a ultranza son cosas del pasado y no hay una cultura mejor que la otra, sino una forma diversa de ser personas. La historia del hombre ha creado esta riqueza en la diversidad que sería una verdadera desgracia perder una sola de las culturas que a través de los siglos, forman parte de la riqueza de la humanidad. La globalización que quiera unificar en una sola cultura universal a todas las tradiciones particulares con el pretexto de facilitar la unidad, está optando por perder tesoros invaluables, tal vez con la maquiavélica intención del control universal económico y político. La "supercultura", sea europea, americana, china o árabe, o de cualquier otro grupo que quiera "monoculturizar", tendrá que ser rechazada con la fuerza de una sociedad que se libere de los nuevos tiranos-estados que quieren controlar el mundo en la búsqueda del poder.
Sin embargo, las crisis mundiales están siendo manipuladas intencionalmente para que "necesitemos" una autoridad "dura" que las detenga (crisis ecológicas, calentamiento mundial, económicas, hambrunas, epidemias, internacionalización de la delincuencia, etc.). La solución debe venir de una federación internacional de países, con derechos similares, conservando cada uno su valor cultural, pero además que tenga la fuerza económica y coactiva (armas, sanciones, controles, revisiones, acceso a la autonomía de los países, etc), es decir; que pueda intervenir efectivamente en las situaciones, personas, instituciones, transnacionales o cualquiera que amenace la humanidad en sus diversos riesgos, no sólo de pérdida de paz, sino de los diversos elementos que hacen al hombre grande y de los cuales las diversas culturas son un factor importante. ¿Qué será primero? ¿La gran catástrofe que nos obligue a aceptar "salvadores del mundo" bajo condiciones de tiranía y control universal? ¿O podremos darle la suficiente fuerza a la unión internacional (ONU, Unión Económica Europea que se haga mundial, unión de todo el continente americano)? Depende de una humanidad que sepa descubrir en cada ser humano un hermano, sea de la cultura que sea (aunque le haya ganado su equipo de futbol al nuestro). A fin de cuentas, la importancia de los eventos internacionales que mueven tanta gente, pueden ser el motivo de despertar los sentimientos de mundialización respetuosa de todas las culturas. Un resultado que tal vez ni los mismos organizadores están buscando. La gente puede sorprenderlos.